jueves, 26 de enero de 2012

CON EL CORAZÓN ROTO 25

-Buenos días, Livie-la saludó Jack-Temprano nos vemos hoy.
-No es temprano-replicó Olivia-Son las ocho de la mañana. Casi las ocho y cuarto.
El establo estaba muy sucio. Olía a estiércol. También olía a sangre. Jack recordó que una de las yeguas había abortado el día antes. Sir Kyle ordenó sacrificarla.
Olivia se enfadó. Discutió con el patrón.
-¿Por qué tiene que morir la madre?-le increpó.
-Está muy débil-le contestó Kyle.
Estuvieron discutiendo durante mucho rato. Finalmente, Olivia cogió la escopeta de sir Kyle y la partió por la mitad.
-¡Y despedidme ahora si tenéis valor, milord!-le retó.
Sir Kyle no fue capaz de despedir a Olivia. Tampoco pudo sacrificar a la yegua. Estaba perplejo ante el valor que había demostrado Olivia. Tuvo que plegarse a sus deseos.
Olivia estaba intentando darle de comer a la yegua. Pero ésta se encontraba muy débil. Arrodillada junto a ella, la joven intentaba que comiera de su propia mano. Pero no lo conseguía. Quiso darle de beber agua. La yegua, a pesar de su debilidad, escupió el agua. Jack la oyó hablar con el animal.
-Si quieres recuperarte y tener más potrillos, tienes que comer-le decía-La culpa la tienen todos los machos del mundo. Ponen en peligro a sus mujeres. Son unos egoístas.
Jack siempre la llamaba de aquel modo. Livie. Era un diminutivo de Olivia.
Se acercó a la yegua. Estaba en su cajón más muerta que viva y Olivia se arrodilló junto a ella.
La joven acarició el lomo de la yegua. Estaba sudando. Quizás tenía fiebre. Los ojos de Olivia estaban vidriosos. ¿Y si el patrón tenía razón? ¿Y si lo mejor para la yegua hubiera sido sacrificarla?
-Está sufriendo mucho-le había dicho sir Kyle la noche antes-Hay que evitar que siga sufriendo.
-Puedes recuperarte, amiga mía-le dijo Olivia a la yegua-Sólo tienes que comer un poco más. ¿Vale?
Eran muchos los caballos que comían de la mano de la joven. "Dominó" relinchó de alegría. Había algo en Olivia que hacía que los caballos más salvajes acabaran rindiéndose ante ella. Como ocurrió con "Diablo". El caballo de Kyle. Había crecido libre y salvaje en la llanura. Ningún mozo podía dominarlo. Hasta que apareció Olivia y fue ella la que consiguió domar a "Diablo". Jack quiso hacerlo. No lo consiguió. Era un caballo arisco. Negro como la noche. Fue Marty el que le puso el nombre de "Diablo". Lo hizo después de que el caballo lo tirara al suelo varias veces. Lo mismo hizo con Jack.
-Tiene un genio de mil diablos-comentó Marty.
Jack tuvo peor suerte. Marty sólo se dislocó un hombro. Jack, por el contrario, acabó con una costilla rota. Acabó odiando a aquel caballo.
Olivia se puso de pie. Se acercó a Jack y le dio un beso.
Fue un beso cariñoso. Un beso de amigo...
Olivia le besó en las dos mejillas. Lo besó en la punta de la nariz. Lo besó en la frente. Y lo besó también en la barbilla.
-Siempre que vengo estás levantada-observó Jack-¿Es que nunca duermes?
-Me gusta madrugar-afirmó Olivia-No quiero que se me peguen las sábanas.
Sábanas...Olivia...Jack apartó aquella turbadora imagen de la cabeza.
-Pero no he dormido esta noche en casa-le confesó-Mandé recado a mi padre. Le dije que me quedaría aquí toda la noche. Y eso he hecho. Tenía que cuidar de "Helen".
-¿"Helen"?-inquirió Jack.
-La yegua. Se llama "Helen". Le he puesto yo ese nombre. Es precioso. No quiero que muera.
No estaban solos en el establo. Estaban sus compañeros. Les estaban mirando. Jack tenía la vista baja. Se sentía turbado. No era capaz de mirar a Olivia a los ojos sin delatarse. Ella volvió a besarle con cariño.
-No me gusta remolonear en la cama-prosiguió la joven-Tengo que levantarme antes de que cante el gallo. ¡Y lo consigo! Puedes creerme. Esta noche, he dormido sobre la paja, junto a "Helen". He dormido a ratos. Tenía que darle vuelta constantemente. ¡Pobrecilla!
-Te creo-sonrió Jack-En lo de levantarte temprano, digo.
-Creo que madrugar es algo positivo. Me permite hacer todo lo que quiero. Y sin agobiarme. ¡Dios!-Se frotó la espalda-Estoy toda dolorida.
-Haces bien en madrugar-dijo Jacik-Es una buena forma de verlo. ¡Oh! He oído que has hecho buenas migas con "César". ¡Mira! ¡Quiere que le hagas caso!
Era la última adquisición de Kyle. "César" era un caballo tan salvaje como lo fue "Diablo". Era zaino. Mientras perseguía a una yegua, fue capturado. La captura tuvo lugar días antes. Jack acabó en el suelo intentando domarlo. Fue uno de los días en los que "EL MUELAS" acudió a trabajar. Cuando no se quedó en su casa afilando un palo. O masticando palillos. De milagro, no había sido despedido. Quizás, sir Kyle no se acordaba de su existencia.
El caso fue que "EL MUELAS" no perdió ningún diente al intentar domar a "César". Pero sí acabó con un brazo roto. Tenía que llevar el brazo en cabestrillo.
-Por lo menos, sigo conservando mis dientes-se jactó "EL MUELAS".
Se bebió una botella entera de whisky mientras el médico lo curaba. Le entablilló el brazo y lo envió a su casa. "EL MUELAS" seguía sin aparecer por "LA PILARITA". Pero tenía una excusa. Su brazo.
El caso es que entre todos lograron domar al indomable "César". Se esforzaron todos los peones de "LA PILARITA". Las criadas chillaban. Anne decía que fue el evento del año en Streetman. Sólo un peón tuvo suerte. Olivia.
La joven se acercó a "César". Le rascó la cabeza. El caballo relinchó. Estaba muy contento de tenerla cerca.
Olivia miró a "Helen".
-Mira, "Helen"-le dijo a la yegua-"César" quiere ser tu compañero. Pero, para que eso pase, te tienes que poner bien. ¿De acuerdo? "César" quiere que su compañera sea una hembra fuerte y saludable. ¿Verdad que tú eres todo eso y mucho más?-Se dirigió a "César" y a Jack a la vez-Es un caballito muy dócil mi "César". ¡Mira, Jack! ¡Es muy cariñoso!
-¿Dócil?-se extrañó el aludido-¿"César"? ¿Es una broma? ¡No puedes estar hablando en serio!
-¡Míralo tú mismo! ¡Está comiendo terrones de azúcar de mi mano! ¡Oh! ¡Pero si es un caballo adorable!
-¡Pero si "César" odia a todo el mundo! ¡Incluso odia al patrón! La señorita Lily no se le acerca por miedo a que le dé una coz. Nadie quiere estar cerca de él. ¡Me relincha con rabia cada vez que me ve! ¡Ten cuidado, Livie!
-Te equivocas. A mí me adora.
-¡Ya lo veo!
Olivia parecía ignorar el efecto que causaba en todos los especímenes masculinos. En los de cualquier especie. ¿Cómo podía la mujer más hermosa de todo el Estado no ser consciente de su propia belleza y que, incluso, la disimulase? Pensó en su esposa. ¿Por qué tenía que compararla siempre con Olivia? Danielle era hermosa, sí. No era nada afectada. Pero tampoco era muy coqueta. Se arreglaba. Pero no se arreglaba todos los días. Vestía bien. Era elegante por naturaleza.
Olivia también tenía un porte elegante. Jack recordó que Sarah O' Hara venía de buena familia. Los Allen, la familia de Sarah, era rica y poderosa. Se preguntó que había visto la madre de Olivia en el que sería su marido y padre de sus hijos. Lo dejó todo para estar con él. ¿Hizo bien? Jack podría hacer lo mismo. ¿Acabaría arrepintiéndose? ¿Se arrepentiría Olivia de huir con él en el caso de hacerlo?
No lo sabía.
Jack admiró a placer la figura esbelta de la joven. Ella no se daba cuenta. No se lo diré, pensó.
Nunca...Nunca...Nunca se lo diré. Es mejor callar. Disimular cuando alguien se dé cuenta. Mentir cuando alguien me pregunte. Jamás pondría a Olivia en un compromiso.
Olivia le dio a "César" todos los terrones de azúcar que le quedaban. Así, se ganaba su cariño.
-¡Eso es!-se rió la muchacha-¡Buen chico! Te dejo. Pórtate bien. ¡Y no tires a nadie hoy! ¿De acuerdo?
El caballo relinchó de alegría.
La entiende, pensó Jack.
Entiende a Olivia. ¿Cómo lo consigue?
La joven se acercó a su yegua favorita. "Yasmina". Sus ojos brillaron de alegría al verla. Le acarició con cariño la cara.

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