miércoles, 4 de abril de 2012

CON EL CORAZÓN ROTO 144

No puedo hacerlo, pensó Jack mientras entraba en el establo.
Aquel día, Olivia había vuelto a "LA PILARITA". Se había recuperado. Quizás no del todo. De momento, el doctor Castro le había permitido volver a trabajar.
Jack había recibido su carta. Pero Olivia le estaba pidiendo un imposible. No podía renunciar a ella.
Se encontraron en el establo.
-Has venido-dijo Olivia O' Hara mientras se acercaba a aquel hombre-Te estaba esperando.
-No me pidas eso nunca más-le rogó Jack-No me pidas que renuncie a ti. No soy capaz de de hacerlo.
-Lo sé.
Olivia se arrojó a los brazos de Jack. Rodeó el cuello del hombre con los brazos. Él hundió la cara en el cabello de color caoba de Olivia. Su pelo había perdido su brillo. Aún así, aspiró el delicioso olor que todavía emanaba. Se ha lavado el pelo, pensó.
-Te he echado de menos-susurró Jack.
-Te quiero-dijo Olivia.
-No puedo vivir sin ti.
Su voz era apenas un susurro.
Había dolor en sus ojos cuando se cruzaron con los ojos de Olivia. La joven estaba enamorada de aquel hombre. A pesar de que sabía que su amor era un pecado. Lo amaba.
Jack cogió la mano de Olivia, se la llevó a los labios y se la besó. Ella le acarició la mejilla con la palma de la mano.
-Disfrutemos del momento-le sugirió-Nadie tiene porqué enterarse. Lo único que te pido es que me respetes. Está mal. Y yo...Aunque desee entregarme a ti, no puedo hacerlo. No sabiendo que está mal. Que le estoy haciendo daño a Danielle. Dime que lo entiendes.
-Lo entiendo-aseguró Jack-A mí también me pasa. Te respetaré aunque...No sé por cuánto tiempo. ¡Que Dios nos perdone!
-No tenemos perdón.
Una lágrima resbaló por la mejilla de Olivia.
Jack la atrajo hacia su pecho y la besó de forma apasionada.
En aquel momento, Diego de León salía de casa.
Había ido a visitar a sir Kyle Saint Leger. Le molestaba tener que hacer negocios con él.
Aquel inglés le miraba por encima del hombro. ¡Maldito sea!, pensó Diego.
Odiaba a los ingleses.
Diego de León era el dueño de "RANCHO PALOMA".
Cuando Sean y Sarah llegaron a Streetman, Sean fue a "RANCHO PALOMA" a pedir trabajo.
Diego se lo dio. A pesar de que Sean era irlandés y Diego era mexicano, se entendieron a la perfección. Sean llegó a ser capataz de "RANCHO PALOMA". Tenía muchos defectos. Diego lo sabía. Pero también sabía que Sean, en el fondo, era un buen hombre. Cuando pudo comprar "LA ISAURA", Sean abandonó "RANCHO PALOMA". Diego se sintió dolido. Pero entendía a Sean.
Al entrar en el establo, Diego retrocedió. Vio a dos figuras abrazadas. Se estaban besando. Diego sabía que la hija de Sean, Olivia, estaba trabajando en "LA PILARITA". Sin duda, era ella la que se estaba besando con alguien. Diego no pudo verle la cara a la otra persona.
Decidió regresar a "RANCHO PALOMA" a pie.
Sonrió al pensar en Olivia. La niña traviesa que había conocido había crecido. Y era una hermosa mujer. Muy parecida a su madre...Antes o después, Olivia tenía que enamorarse.
Mientras tanto, en el establo, Olivia percibió la excitación de Jack. Lo notó mientras la apretaba contra su cuerpo. Se apartó de él. Estaba ruborizada. Odiaba ruborizarse. Él le acarició la mejilla.
-Lo siento-se disculpó.
-Jack...-susurró Olivia.
El tono de su voz sonó desamparado.

2 comentarios:

  1. Que drama!!
    Ojala las cosas se arregen entre ellos ¡se quieren!
    besos

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  2. Hola, Anna.
    Me gusta ver cómo sientes la historia de Jack y Olivia en carne propia. Eso era lo que quería conseguir. Gracias.
    PD. ¿Recibiste el email que te envíe con mi relato para el concurso?

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