viernes, 27 de julio de 2012

CONCLUSIÓN DE LA ENCICLOPEDIA DE DIDEROT Y D' ALEMBERT

Ayer, no pude terminar la entrada sobre La Enciclopedia de Diderot y D' Alembert. Empezó a tronar donde yo vivo y había relámpagos. Apagué el ordenador. Me asustó la idea de que se pudiera romper por culpa de algún trueno. Sé que no pasa nada, pero pudo más el miedo que otra cosa. ¿Y si se rompía? Y lo apagué sin haber terminado la entrada.
Por eso, hoy os dejo el final de La Enciclopedia.
Un poco tarde, pero es mejor tarde que nunca. En breve, además, aprovecho aquí para anunciarlo, acabaré la entrada que empecé a hacer sobre la Reina Victoria. Conoceremos cómo fue su Reinado y un poco más su persona.
Sabemos que La Enciclopedia nació como la traducción de la Cyclopaedia, de Chambers, en el siglo XVIII. Que Diderot y D' Alembert fueron los encargados de traducirla, pero ellos decidieron ampliarla y sacar a la luz grabados y trabajos inéditos. Querían llevar el conocimiento a todas partes. La Enciclopedia tuvo desde el inicio numerosos detractores por la defensa que hacía de los filósofos protestantes y su abierta oposición al catolicismo y al Antiguo Régimen.
Tuvo un total de 28 volúmenes. 17 eran de texto, 11 eran de láminas y un suplemento de 4 volúmenes de texto, 1 de láminas y 2 de índice general.
Sabemos que D' Alembert no pudo soportar la censura ni el ver La Enciclopedia en el Índice de Libros prohibidos y que abandonó el proyecto. Que fue Diderot el que siguió adelante.
Lo que no comenté en la anterior entrada fue que Diderot y D' Alembert no sacaron adelante ellos solos el proyecto. Tuvieron numerosos colaboradores. Entre sus colaboradores se encuentran los filósofos más conocidos de la Francia deciochesca, como lo son Voltaire, Rousseau y Montesquieu.
En total, unas 160 personas entre literatos, filósofos, artistas, magistrados, teólogos, etc., colaboraron en la elaboración de La Enciclopedia prestando cada uno sus conocimientos sobre el tema que mejor conocían.
La Enciclopedia fue el germen de La Ilustración. De la Era de la Razón...El motor que cambió el mundo desde las tinieblas del Antiguo Régimen hasta la luz de la Modernidad.
El uso de la Enciclopedia se ha ido extendiendo a lo largo de los siglos XIX y XX.
Es una de las obras más famosas de todos los tiempos. Con sus variantes, todos hemos tenido en nuestras casas una enciclopedia a la que hemos ido a consultar cuando lo necesitábamos.
Es raro la persona que no haya tenido una enciclopedia en su casa, ya sea de un solo volúmen o de varios volúmenes. Hemos visto muchas en las bibliotecas de nuestras ciudades. Y hemos consultado con ellas para nuestros trabajos escolares o para resolver una duda.
La aparición de la Enciclopedia Interactiva, el Encarta, supuso un cambio a la hora de consultar la Enciclopedia. Podíamos verla en el ordenador. El Encarta es el germen de lo que ahora es la Wikipedia, la enciclopedia de Internet que es raro quien no la ha consultado. A mí, la Wikipedia me ha venido de perlas en muchas ocasiones.
Sea en papel, sea de forma interactiva o sea en Internet, lo cierto es que la Enciclopedia se ha convertido en un instrumento indispensable en nuestras vidas. Diderot y D' Alembert querían llevar el conocimiento a todas partes. Y lo consiguieron. Cada vez que buscamos algo en una enciclopedia, ya sea en Internet o en papel, somos un poco más sabios porque aprendemos el significado de algo bueno.
La Enciclopedia, que tiene casi trescientos años, seguirá presentes en nuestras vidas por mucho tiempo.
 

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