viernes, 31 de agosto de 2012

CRUEL DESTINO

Aquí os dejo con un nuevo capítulo de  Cruel destino, primera parte de mi saga "Pleamar". Hace algunas semanas que no subo un capítulo nuevo. Y creo que va siendo hora de que volvamos a saber de Sarah y de Darko. ¿Triunfará el amor entre ellos?
¡Vamos a verlo!

              Sarah estaba furiosa consigo misma. 
              Le cogió la mano a Katherine. Su hermana parecía estar como ida. 
              En cambio, Sarah estaba pensando en Darko. Aquel hombre ocupaba todos sus pensamientos. 
              ¿Era así el amor?, se preguntó Sarah. ¿Acaso estaba obsesionada con él? Katherine tenía a Stephen. Mary tenía al conde. Y ella tenía a Darko. 
-Me duele mucho-se quejó Katherine. 
-Se te pasará-le aseguró Sarah. 
-Stephen...
                Katherine estaba pensando en Stephen. Aún dolorida, seguía pensando en él. Sarah sintió pena por su hermana menor. Katherine pensaba en el hijo que no iba a tener. En la promesa que no podía cumplir. Sarah se preguntó si a ella podría pasarle lo mismo con Darko. 
-Estoy aquí-le dijo a su hermana menor. 
              Katherine suspiró. Le dolía mucho el bajo vientre. Sarah le acarició su cabello suelto. 
             Darko se había criado en los bajos fondos de Llangefni. Nadie se había preocupado nunca por él. Le habían abandonado nada más nacer. Pero eso a Sarah no le había importado nada en absoluto cuando le conoció. Lo quería sólo a él.

               Darko se había ganado la vida desde que era un niño. Hizo todo lo que pudo para salir adelante. Tuvo que robar. Mendigar. Nunca pensó en ganarse la vida de forma honrada. En alguna que otra ocasión, llegó a saquear tumbas. Se acostaba con damas de la alta sociedad por dinero. Posteriormente, las chantajeaba. No le digo nada a tu marido si tú me das cierta cantidad de dinero. Ellas, naturalmente, accedían.
              Pensó en esto mientras miraba la figura de Katherine, que yacía acostada en su cama. Al volver a casa, Katherine sintió un fuerte dolor en el bajo vientre.
-¿Qué te pasa?-le preguntó Mary.
-Me duele mucho-respondió Katherine.
            Entre Mary y Sarah llevaron a Katherine en volandas hasta su habitación. Sus padres contemplaron la escena. No les escucharon preguntarles qué estaba pasando. Su principal preocupación era atender a Katherine. La metieron deprisa en su habitación. La despojaron de sus calzones. Y vieron que estaban manchados de sangre. Mary y Sarah se quedaron mudas. 
-¿Qué ocurre?-quiso saber Katherine. 
             Estaba muy asustada. 
-Te ha bajado la regla-le informó Sarah a su hermana.
              Katherine rompió a llorar al darse cuenta del significado de aquellas palabras. Al haberle bajado la regla, no podía estar esperando un hijo de Stephen. La pena más absoluta se apoderó de ella.
-No podré irme con él-se lamentó.
              Mary entró en la habitación de Katherine sin hacer ruido. Vio a Sarah sentada en una silla.



-Le he escrito una nota a Stephen Winter-le explicó Mary-Me ha dado mucho apuro tener que contarle lo que le ha pasado a mi hermana. Pero creo que merecía saberlo.
-Has hecho bien-asintió Sarah.
              Mary se sentó en la cama junto a Katherine. La joven había pasado un buen rato llorando. No quería bajar a cenar y tampoco quería ver a nadie. Sus hermanas la ayudaron a quitarse el vestido y le soltaron el moño. En su fuero interno, Sarah y Mary se alegraban de no tener que separarse de Katherine. Estaban obrando de manera egoísta, pero les horrorizaba la idea de estar lejos de ella si Katherine, finalmente, se hubiera ido con Stephen Winter.
-¿Qué va a pasar ahora?-le preguntó Sarah a Mary.
-A lo mejor, siguen viéndose-respondió la joven.
-¿Y qué va a pasar con nosotras?
-Yo acabaré casándome con el conde. Llegado el momento, tendrás que hablarle a padre de ese hombre del que estás enamorada. Cathy y yo te apoyaremos. Pero no creo que a padre le agrade la idea de saber que quieres casarte con un criminal.
                Eso no me importa, pensó Sarah.

               Estaba segura de que ella haría cambiar a Darko. Él estaba enamorado de ella. Lo podía ver en sus ojos, a pesar de que lo estaba negando siempre. Él cambiaría porque el amor que sentía por ella le haría cambiar.
-Si nuestro padre nos quiere a las tres, querrá vernos felices-afirmó Sarah.
               Katherine se removió en la cama. Parecía que estaba diciendo algo en sueños.
-Lo siento-susurró-Lo siento.
                Katherine sentía su vientre vacío. Hasta hacía unas horas, albergaba la ilusión de llevar en sus entrañas un hijo de Stephen. Pero no había sido así. Le empezaba a atormentar la idea de no poder ser madre. De tener las entrañas secas. Una lágrima resbaló por su mejilla.
            Sarah le acarició el cabello que se esparcía por la almohada.
-Cathy deseaba tener un hijo de ese hombre-le contó a Mary-La idea me parece una locura.
-No es una locura-terció Mary-Uno de los mayores sueños de una mujer es tener un hijo con el hombre al que ama. Ver su rostro y el suyo mezclado en la carita de su pequeño. Adivinar a quién se parece. Entiendo a Cathy. Los hijos tienen que ser fruto del amor. No tienen que ser fruto del deber. De un deseo pasajero... Ni siquiera de un crimen abyecto...Los niños han de ser concebidos por amor. Y han de ser concebidos por amor. Me pongo en la piel de nuestra hermana. 
-¿Te gustaría tener un hijo con el conde, Mary?
            La aludida se puso tensa. Recordaba lo que significaba casarse con el conde de Maredudd. Verse obligada a compartir la cama con él.
               Y eso era algo que la horrorizaba.
-Supongo que sí...-mintió-El deber de una condesa es engendrar y dar a luz a un heredero. Y conozco bien cuál será mi deber cuando me case con lord Robert.
            Mary se preguntó si debía de hablar con su hermana de lo que le había ocurrido cinco años antes. Se preguntó si Sarah la rechazaría si se lo confesaba.
            Tomó aire.
-Sarah, me gustaría contarte una cosa-atacó-Pero me da miedo hacerlo.
-A mí me lo puedes contar todo-le aseguró su hermana.
-Vas a pensar lo peor de mí. Tiene que ver con algo que me ocurrió hace algún tiempo. Me asusta que salga a la luz. Pero acabará saliendo una vez que me haya casado con el conde. Si es que él quiere seguir casado conmigo. Puede pedir la nulidad de darse cuenta de que yo no soy virgen.
             Los ojos de Sarah se abrieron como platos.
-¿Qué estás diciendo, Mary?-inquirió.
-¡Por favor, Sarah!-le imploró la joven-¡No pienses mal de mí! ¡Yo no quería! ¡Te lo juro por Dios! ¡No quería! Me defendí. Hice cuanto pude por defenderme.
             Mary se interrumpió y rompió a llorar amargamente.

jueves, 30 de agosto de 2012

¿POR QUÉ MURIÓ ANA Y NO MURIÓ TAMBIÉN ESTEBAN?

Hace algunos años, leí por primera vez "Ana Karenina". Bajo la excusa de presentar la historia de una mujer casada que vive un romance extraconyugal con un oficial, lo que hace León Tolstoi es hacer un análisis exhaustivo de la alta sociedad en la Rusia de la década de 1870.
Hay muchos personajes en la novela, además de los protagonistas. Están Levin y Kitty, que viven su propia historia paralela. Levin dedica muchos capítulos a filosofar acerca de la política, de la religión, de la ciencia, etc. Los nuevos aires que vienen del resto del continente se acercan a Rusia.
Me he propuesto hacer una entrada acerca de Levin y de Kitty más adelante. Estos dos merecen tener su propia entrada.
Lo que no entendí de "Ana Karenina" fue su final. Se supone que Ana suicidándose por una norma tan estúpida como cruel. Engañó a su marido con Vronsky. Ha pecado y debe de ser castigada, por lo que debe morir. Y había algo que no llegué a entender. De acuerdo. Ana hizo mal al liarse con Vronsky. Todo el mundo la rechaza y la condena al ostracismo. Pero, ¿por qué a su hermano Stiva no le pasa exactamente lo mismo?
Al inicio de la novela, Stiva le ha sido infiel a su esposa Dolly con la institutriz de sus hijos. Y, por lo visto, no es la primera vez. Stiva admite que no quiere a su mujer, pero quiere que ésta le perdone para no tener que separarse de sus hijos y también porque se siente cómodo viviendo en su casa y, además, ella le cuida y cumple a la perfección el papel de esposa florero. ¡Menuda jeta! Así que manda llamar a su hermana para que venga y convenza a Dolly de que le perdone, de que la quiere mucho (aunque sea mentira), de que no volverá a pasar...
¿Por qué Stiva no es castigado? Si hizo mal porque engañó a su mujer, ¿por qué no se arroja a la vía del tren, como hace Ana, o muere de otra forma? ¿Por qué la sociedad sí condena a Ana al ostracismo y con Stiva hace la vista gorda? ¿Por qué Dolly tiene que permanecer al lado de Stiva si él ni la quiere ni la respeta? Eso fue algo que no entendí. Levin debió de haber filosofado sobre este tema, ya que conocía a los dos.
¿A lo mejor todo se debe a que Stiva es un hombre y a que Ana es una mujer?
Sí que estoy hablando del siglo XIX. Es otra mentalidad. Se supone que la mujer debía de ser buena, virtuosa y recatada. El adulterio en una mujer era poco menos que un crimen. Debía de ocuparse de la casa y de los hijos. En cambio, en el hombre era otra historia. En privado, se celebraban las infidelidades de los hombres. La mujer estaba obligada a perdonarle, presionada por la familia ("en el fondo, te quiere mucho") y también por el cura, al menos, aquí ("el orgullo es pecado". ¿Y la infidelidad no lo es?).
Lo cierto es que la mentalidad en cuanto al tema del adulterio no ha cambiado gran cosa. Hasta no hace nada, la mujer que le era infiel a su marido acababa con sus huesos en la cárcel.
En Hollywood, nos encontramos con dos casos distintos. Meg Ryan fue, durante años, una de las actrices mejor cotizadas y más taquilleras. Todos recordamos películas como "Cuando Harry encontró a Sally" o "Algo para recordar".
Conoció a su marido Dennis Quaid en 1987, durante el rodaje de "El chip prodigioso". Se casaron. Pero el matrimonio se rompió en el año 2000. Durante el rodaje de "Prueba de vida", Meg Ryan vivió un romance extraconyugal con el actor Russell Crowe (famoso por la peli "Gladiator" y por su afición a tirar teléfonos). Cuando el romance salió a la luz, Meg y Dennis se divorciaron, pero el romance con Russell duró poco.
Después de eso, la carrera de Meg Ryan en el cine empezó a caer en picado. Ya casi no hace películas. En cambio, tanto su ex marido como su ex amante sí siguen en el candelero. Pero ella parece que vive como escondida. ¿Cuál ha sido el crimen tan horroroso que ha cometido? ¿Serle infiel a su marido?
Debemos de pensar que Brad Pitt está también como escondido por serle infiel a Jennifer Aniston, su esposa, con Angelina Jolie. No. Él sigue rodando películas, sigue siendo uno de los mejores actores del país, etc. Nada ha cambiado. Le fue infiel a su mujer y nadie, al contrario de lo que pasó con Meg Ryan, le echa en cara.
Dennis Quaid se convirtió en "el pobrecito". Su mujer le ha sido infiel. En cambio, a Jennifer se la acusa de ser una amargada, una resentida, una orgullosa, etc. Los dos han sufrido en sus carnes la infidelidad de sus parejas. Pero, mientras que a él se le tiene lástima, a ella se le tiene cierta burla.
Y estoy hablando de hechos que han ocurrido en los últimos doce años.
Brad podía ser Stiva. Y Meg podía ser Ana.
Pero viviendo una historia que continua a día de hoy.
¿En serio hemos evolucionado tanto como dicen? Las igualdades entre hombres y mujeres se han empezado a conquistar, pero falta mucho trecho para conseguir lo que queremos. La igualdad en todos los aspectos. Y debemos de empezar cambiando la mentalidad de la gente. Lo malo es que cambiar mentalidades es muy, pero que muy difícil.

martes, 28 de agosto de 2012

TO FRANCE, LA TRÁGICA VIDA DE MARÍA DE ESTUARDO

Algún día, me gustaría ponerla como música de fondo en el blog. Pero, como sigo sin dominar del todo blogger, creo esta entrada para compartir con vosotras la que es, para mí, una de las canciones más hermosas que jamás he escuchado.
Se trata de "To France". Es una canción del año en que yo nací, 1984. Su autor es el gran compositor Mike Oldfield. Sin embargo, quien canta la canción es Maggie Reilly. Los dos colaboraron en la grabación del disco de Oldfield "Discovery", del que destaca otra hermosísima canción, "Moonlight shadow", dedicada a la memoria del genial John Lennon.
"To France" es una canción que se inspira en la vida de la Reina de Escocia María de Estuardo. Es la única hija del Rey Jacobo V de Escocia. Su padre murió cuando apenas tenía seis días a consecuencia del cólera. Fue nombrada Reina siendo tan sólo un bebé al no haber tenido su padre hijos varones.
En un primer momento, se pensó en casar a María con Eduardo, hijo del Rey de Inglaterra Enrique VIII. Pero la madre de María rompe ese compromiso. Al poco tiempo, la niña fue coronada Reina de Escocia.
Enrique VIII estaba empeñado en casar a su hijo Eduardo con María, incluso a la fuerza, si era preciso.
El Ejército inglés trató de secuestrar en varias ocasiones a María. El Rey francés, Enrique II, decide unir los tronos de Francia y Escocia y pacta con la madre de María el matrimonio entre la pequeña con su recién nacido hijo, el delfín Francisco. Con sólo cinco años, María es separada de su madre, a la que no vuelve a ver, y es enviada a Francia.
La canción hace referencia a la época que pasó María en Francia. Fue, para muchos, la época más feliz de su vida. Toda la Corte francesa se volcó en ella. Recibió una educación esmerada y se ganó el cariño de la Familia Real y de los cortesanos. En 1558, cuando María tiene quince años, se casa con el delfín Francisco. Al año siguiente, éste se convierte en Rey de Francia al morir su padre. Pero el Reinado de Francisco dura poco más de un año, ya que muere en julio de 1560.
Al no haber tenido hijos en aquel matrimonio, María decidió regresar a Escocia. Y lo hizo en el peor momento posible. En el momento de mayor enfrentamiento entre católicos escoceses e ingleses protestantes.
De lo que se deduce en la canción, María quería regresar al único lugar en el que había sido feliz, la corte francesa. Puede que se refiera a que María se aferró a esos recuerdos durante el tiempo que estuvo bajo la custodia de sir Amias Paulet, desde 1580 hasta 1587, fecha en la que fue decapitada por orden de su prima Isabel I, a la que no llegó a conocer, acusada de traición y de conspiración.
No se habla, en cambio, de sus otros dos desastrosos matrimonios, uno con lord Darnley, padre de su único hijo y heredero al trono Jacobo, y el otro con el conde de Bothwell.
Pero sí se da a entender que María se sintió como una extranjera cuando regresó a su hogar. Había salido de Escocia siendo una niña escapando de las pretensiones del ambicioso Enrique VIII. Había pasado casi trece años fuera de su patria. Y, cuando regresó, se la encontró sumida en el caos y en un sangriento enfrentamiento contra los ingleses. Y tuvo también que lidiar con las intenciones de la no menos ambiciosa hija de Enrique, Isabel.
Pero la belleza de "To France" no se puede describir con palabras. Te transporta a otro lugar. A un sitio perdido en el tiempo y en el espacio. Te hace pensar en un tiempo que jamás volverá. En los recuerdos de una época feliz que te impulsan a seguir adelante cuando sientes que no puedes más. Es una canción, ¿cómo diría yo?, llena de magia. De nostalgia por lo ya vivido..Pero también de emoción...
Os dejo el link para que podáis escucharla en una de sus versiones. Para que podáis cerrar los ojos e imaginaros que estáis paseando por un prado escocés.
http://www.youtube.com/watch?v=Ij71IphBFyY

domingo, 26 de agosto de 2012

PARA LOS FANÁTICOS DE LA INFORMÁTICA...

En la actualidad, es raro encontrar un hogar en el que no haya un ordenador. Están, sobre todo, encima de los escritorios de las habitaciones. Si son portátiles, podemos llevárnoslos con nosotros a cualquier parte, ya sea la biblioteca (en la única biblioteca de mi ciudad la gente se lleva los portátiles porque los ordenadores que hay allí sólo funcionan por la mañana y no por la tarde), al campo o a la playa.
Han sustituido a la máquina de escribir. Y siguen evolucionando. Son cada vez más pequeños y más ligeros.
Han evolucionado mucho los ordenadores desde el año 1946, cuando apareció en Alemania el que es considerado como el primer ordenador del mundo. Se llamaba SSEM (siglas de Small Scale Experimental Machine).
 Imagen del SSEM. Ocupaba una habitación entera y debía de tener a varias personas trabajando con él.
Fue concebida para desarrollar la viabilidad de ciertas ideas que se utilizarían más adelante en el Manchester Mark 1.
Existe cierta discrepancia entre el SSEM y el Manchester Mark 1, ya que son muchos los que afirman que éste último es el primer ordenador y que el primero fue una especie de prototipo.
El Manchester Mark 1 nació en el año 1947, como una continuación del SSEM. Tenía un programa almacenado en la misma. Por eso, se cree que el Manchester Mark 1 fue el primer ordenador. Porque fue el primero que tuvo memoria RAM.
Durante años, los ordenadores ocuparon habitaciones enteras. Hacían trabajos de cálculo y de investigación. Y muchas eran las personas que trabajaron en ellos.
¡Y estoy hablando de hace cincuenta y sesenta años!
Fue a partir de los años sesenta, en Italia, y de los años setenta, en Estados Unidos, cuando los ordenadores empezaron a cambiar y empezaron a tener el aspecto por el que son conocidos en la actualidad. Pero eso se verá en otra entrada.
De momento, os dejo con una foto del que se dice que es el primer ordenador personal de la Historia, si bien también existe cierta discrepancia. Lo cierto es que se trata de la primera computadora que creó Apple.
 Está desmontada. Da pena que se conserve sin montar del todo. Este ordenador data de 1976.
Esta entrada se la dedico a los enamorados de la informática.

viernes, 24 de agosto de 2012

CASSSANDRA AUSTEN

Hace poco, publiqué en este blog una entrada dedicada a Patrick Bronte, el único hermano de Emily, Charlotte y Anne Bronte. Un poeta y pintor desconocido para muchos, pero que tuvo una vida truncada por culpa de sus excesos. Un héroe romántico y maldito, en opinión de muchos.
También dediqué una entrada a nuestra querida Jane Austen. Me gustaría añadir más detalles a su biografía, pero eso no va a ser hoy. Jane se merece un gran homenaje por habernos regalado las historias que hoy sientan las bases de la novela romántica tal y como la conocemos, aunque pueda parecer que se ha dicho todo de ella.
Hoy me gustaría hablarles de un personaje para muchos desconocido, pero que, sin duda, ha sido uno de los principales apoyos de Jane. Se trata de su hermana Cassandra.
¿Y quién fue realmente Cassandra? ¿Qué papel jugó en la vida de Jane?
Los Austen era una familia perteneciente a la burguesía rural de la Inglaterra de finales del siglo XVIII, si bien al ser segundos hijos de familias de la nobleza, debían de ganarse la vida como podían. George Austen, el padre de Jane y de Cassandra, era un clérigo anglicano. Vivían en el condado de Hampshire, al sur de Inglaterra, en la localidad de Steventon. Se cuenta que su vida no fue nada lujosa. Tuvieron ocho hijos y, sorprendentemente, todos llegaron a la edad adulta. Cassandra fue el quinto vástago del matrimonio Austen y su primera hija. Vino al mundo en 1773 Fue criada desde los tres meses por una nodriza, siguiendo con la costumbre de la época, y regresó a su casa cuando tenía año y medio.
Cuando Cassandra tenía dos años, nació su hermana Jane. Sabemos por las biografías que hemos leído de la autora que estaba muy unida a su hermana Cassandra. Siempre he pensado que los personajes de Elizabeth y Jane Bennet o de Elinor y Marianne Dashwood reflejan esa relación fraternal. Aunque haya más hermanos en la familia, ellas estaban muy unidas.
Siguiendo con otra costumbre de la época, Cassandra y Jane fueron internadas en un colegio para señoritas en Oxford cuando Cassandra tenía ocho años y Jane tenía seis.
En realidad, iba a ir sólo Cassandra, pero Jane no quiso separarse de ella. Sin embargo, la experiencia en el colegio no fue buena al declararse una epidemia de tifus y morir la directora de la escuela. Tuvieron que regresar a su casa. Dos años después, Jane y Cassandra fueron internadas en la Abadía de Reading, donde también existía una Academia para Señoritas. Sin embargo, no pudieron estudiar el curso siguiente allí al no poder sus padres seguir sufragándoles los estudios, por lo que regresaron a casa.
El señor Austen se ganaba la vida dando clase a los hijos de sus vecinos y, de hecho, tenía a varios alumnos viviendo en su hogar. Dejó que sus hijas asistieran a clase con sus alumnos y también les dio clases particulares a ellas.
Mientras Jane encontraba su particular refugio en la biblioteca de su padre, Cassandra se encargaba del cuidado de sus hermanos pequeños, ya que su madre era una mujer nerviosa e histriónica. Una versión de la futura mistress Bennet en carne y hueso.
En su adolescencia, el periodo más feliz de su vida, Jane compartía con Cassandra su pasión por la lectura. Ésta la animó a que escribiera para poder leer en voz alta sus escritos a sus padres y a sus hermanos y así entretenerlos.
Cuando visitaba a algún vecino, también lo entretenía leyéndole en voz alta sus escritos. Todos creían que Jane pasaba el rato escribiendo, que no pensaba en serio en ganarse la vida con sus escritos. Lo veían como algo inofensivo, siempre y cuando acabara casándose, como se esperaba que hiciera. Sólo Cassandra sabía que la afición de su hermana por la escritura no era un mero pasatiempo. Era su vocación y la apoyó en eso.
Jane y Cassandra empezaron a pasar temporadas separadas la una de la otra. Edward, uno de sus hermanos, fue criado por uno de sus parientes ricos que no tenían hijos. Edward vivía en Kent e invitaba a alguna de sus hermanas a que pasara una temporada con él. Tenía la esperanza de que, durante sus visitas, encontrara un marido. Jane y Cassandra iniciaron una larga correspondencia en esta época, quizás para sobrellevar mejor el peso de la separación.
Siempre se comentó que, de las dos hermanas, Cassandra era la más hermosa. Era una joven sensata que solía organizarlo todo.
Cassandra se prometió en matrimonio en 1792 con Tom Fowley. Era un antiguo pupilo de su padre y era, además, amigo de sus hermanos. Los padres de Tom quería que fuese clérigo. Pero no tenía el dinero suficiente como para sacar adelante un hogar y le pidió a Cassandra que esperara.
Paralelamente, Cassandra descubrió su pasión por la pintura. Muchos de los retratos de Jane que han llegado hasta nuestros días los pintó la propia Cassandra. Llegó, incluso, a ilustrar los libros de su hermana y también la Historia de Inglaterra, Enciclopedia que recoge la historia del país. Se cuenta que también hizo dibujos de los monarcas ingleses y caricaturas de miembros de su familia. De Cassandra se decía que no era una buena pintora, pero no le decían nada porque pintar era su afición.
Se cuenta que, mientras Cassandra estaba visitando a sus futuros suegros, quizás para pedirles ayuda para poder casarse con su prometido, Jane conoció al que dicen que fue su primer amor. Tom Lefroy, un joven irlandés estudiante de Derecho. Jane parecía estar enamorada de él y Cassandra lo dedujo por las cartas que recibió de ella. Sin embargo, antes de que la joven regresara a casa, el romance de su hermana con el joven irlandés quedó en aguas de borrajas al no disponer él del dinero suficiente como para mantener una familia.
Después de este romance truncado, Jane se centró en la escritura como válvula de escape y empezó a tomarse cada vez más en serio sus deseos de escribir. Lo cual chocaba con su padre. Antes,  a George Austen le hacía gracia que su hija escribiera. Ahora, cuando Jane quería ganarse la vida con sus escritos, ya no le hacía tanta gracia.
Sin embargo, Cassandra estuvo al lado de su hermana en todo momento. Leía los manuscritos de Jane. Fue la más feroz de sus críticos, pero también fue la que la animó más a que siguiera escribiendo. Porque era consciente de la enorme valía de su hermana. Jane, bien está decirlo, siempre tuvo muy en cuenta las opiniones de su hermana.
En 1796, Tom Fowley se despidió de Cassandra. Partía como capellán a las Antillas junto con un pariente rico que le había prometido darle cierta cantidad de dinero. En cuanto pudiera, Cassandra se reuniría con él y se casarían. No llegó a pasa. Tom Fowley falleció al año siguiente, probablemente de fiebre amarilla. Cassandra decidió que nunca se casaría. Su prometido le legó todos sus bienes al morir. Cassandra tuvo muchos pretendientes y admiradores, dada su gran belleza. Pero se consideraba así misma como la viuda de Tom y vivió como tal durante el resto de su vida.
A finales del siglo XVIII, el matrimonio Austen había visto casados a todos sus hijos varones. Pero les preocupaba mucho sus hijas Cassandra y Jane. Iban camino de convertirse en unas solteronas y no querían hacer nada para remediarlo.
Alarmado, el señor Austen deja la rectoría en la que había estado viviendo desde que se casó a manos de su hijo James y se va a vivir junto con su mujer y sus dos hijas a Bath con la esperanza de casar a Jane y a Cassandra. Por lo que se cuenta, el matrimonio Austen tomó la decisión sin contar con sus hijas y el disgusto que éstas se llevaron fue enorme al enterarse, ya que debían de dejar para siempre su hogar y empezar de cero. Por suerte, se tenían la una a la otra para apoyarse.
 Jane Austen. Dibujo de Cassandra. ¿Pintora del montón? En mi humilde opinión, no lo parece. ¿Talento desaprovechado? Posiblemente.

A pesar de los ánimos de Cassandra, los seis años siguientes no fueron nada fructíferos para Jane. Sólo escribió una novela que ha llegado hasta nosotros inacabada, "Los Watson". También se cuenta que Jane conoció en Bath a otro hombre del que se enamoró. Mantuvieron en secreto su relación y sólo Cassandra lo sabía. Sin embargo, antes de que pudiera él hablar con el señor Austen, falleció. La identidad de ese hombre ha sido el secreto mejor guardado de Jane Austen hasta el día de hoy.
En 1806, falleció el señor Austen, dejando a su mujer y a sus dos hijas sin un apoyo económico, una situación similar a la que vivieron las Dashwood en "Sentido y sensibilidad". Los hermanos varones les dieron una asignación anual a su madre y a sus hermanas para que pudieran salir adelante.
Finalmente, abandonaron Bath. Fueron invitadas por unos parientes, los Adlestrop, a la finca que acababan de hereder, Stoneleigh Abbey. Esta finca sirvió como inspiración a Jane para escribir más adelante "La abadía de Northanger". 
Al año siguiente, uno de los hermanos de Jane y Cassandra, el capitán Frank Austen, se casó e invitó a sus hermanas y a su madre a que se fueran a vivir con él para que le hiciesen compañía a su esposa mientras estaba fuera y la ayudaran con la casa. Durante dos años, vivieron con Frank. Pero, en 1809, su hermano Edward, que había enviudado, invitó a su madre y a sus hermanas a irse a vivir con él a Chawton Cottage, la finca que había heredado en el pequeño pueblo de Chawton, en Hampshire. Edward tenía muchos hijos y fue Cassandra la que le ayudó a criarlos, viendo en ellos a los hijos que sabía que nunca tendría. Una amiga de la familia, Martha Lloyd, se fue a vivir con ellos.
Fue en Chawton donde Jane pudo retomar su pasión por la escritura. Edward, al igual que Cassandra, se convirtió en el principal apoyo de su hermana. Le cedió el comedor para que pudiera escribir tranquila. Decidió no echarle aceite a una de las puertas que más chirriaba, de modo que, si venía alguien de visita, Jane podía esconder los útiles de escritura y coger su labor.
Recordemos que eran los primeros años del siglo XIX. Estaba muy mal visto que una mujer escribiera.
En 1811, Edward, Martha y Cassandra animaron a Jane a que publicara uno de sus escritos y se decantaron por "Sentido y sensibilidad", quizás porque veían parte de sus vidas reflejadas en aquellos escritos. Henry, el otro hermano, tenía muchos contactos y sufragos los gastos de edición. El libro vio la luz y fue publicado como escrito por "una dama".
Hay quien ve a Elinor y a Marianne como un reflejo de las hermanas Austen. Elinor, la mayor, es la más sensata, como Cassandra. Mientras que Marianne, la menor, es impulsiva, como lo fue Jane.
Dos años después, publicó "Orgullo y prejuicio", la más famosa de sus novelas. Durante los tres años siguientes, Jane no paró de escribir y enlazó un éxito tras otro. Su hermana Cassandra permanecía a su lado, orgullosa como una madre y siendo mudo testigo de la grandeza de Jane. Vivía a la sombra de ella, pero prefería vivir así.
En 1816, Jane empezó a sentirse mal. Los médicos no acertaban a diagnosticar su enfermedad. El estado de Jane empeoró a lo largo del año siguiente. Para que pudiera visitarla con más frecuencia el médico, Cassandra y ella se mudaron a Winchester en mayo de 1817.
Fue Cassandra la que cuidó solícitamente de Jane durante el inicio de su enfermedad y a lo largo de su agonía. Vio con dolor cómo su hermana se estaba muriendo y debió de sentirse impotente por no poder hacer nada para salvarla.
Jane Austen murió en la madrugada del 17 al 18 de julio de 1817. Fue enterrada en una de las islas de la nave izquierda de la catedral de Winchester.
Cassandra se sintió aliviada al comprobar que su hermana había dejado de sufrir. Pero es fácil ponerse en su situación. No sólo había visto morir a su hermana. Había perdido a la que fue durante toda su vida su mejor amiga, su principal confidente y apoyo en los peores momentos.
Le tocó a ella arreglar los asuntos de Jane tras su muerte. Lo hizo apoyada por su hermano Edward.
Se cuenta que Cassandra llegó a quemar gran parte de la correspondencia que mantuvo con su hermana Jane, costumbre de la época.
Fue Cassandra la que envió a la editorial el manuscrito de "Persuasión" después de la muerte de Jane. Al año siguiente, encontró el manuscrito de "La abadía de Northanger". Lo corrigió y lo envió a la editorial. Fueron los primeros libros impresos con el verdadero nombre de Jane.
Durante los años siguientes, Cassandra cuidó de su madre, cada vez más anciana y achacosa. Vio cómo su amiga Martha se casaba con su hermano Frank.
En 1827, murió su madre. Martha murió en 1843. Cassandra falleció en 1845. Pasó el resto de su vida ayudando a criar a sus sobrinos y a los hijos de éstos. Nunca se quejó de nada.
A día de hoy, Cassandra despierta en nosotros sentimientos contradictorios. Fue la principal aliada de Jane, por lo que se la respeta. Pero también quemó gran parte de su correspondencia, lo cual hace que la odiemos. Porque han quedado muchas dudas de su vida sin responder. Como quién fue aquel hombre del que se enamoró en Bath. Sólo nos queda la imaginación.
A lo mejor eso era lo que Jane quería de nosotros. Que nos imagináramos algunos aspectos de su vida. Como ella imaginó a sus personajes. Y Cassandra, una vez más, la ayudó en aquel proyecto.
Espero haber sacado a la luz a un personaje tan fascinante y tan desconocido a la vez como lo es Cassandra Austen. Y de haber dado a conocer más aspectos de la vida de Jane.
 Cassandra Austen. Hermana, aliada, amiga, confidente, apoyo. Mucho más que una sombra para algunos. Una mujer amó, sufrió y vivió y que es digna de nuestro respeto más sincero.

miércoles, 22 de agosto de 2012

LA LIGA ATACA DE NUEVO

Todos los años, en cuanto agosto está a punto de finalizar, algo raro pasa.
Se quedan ellos y también ellas pegados a la pantalla del televisor durante cerca de dos horas. Ven cómo veinte tíos divividos en dos equipo y en pantalón corto vestidos de distintos colores persiguen un balón sobre un césped. El campo está lleno o está casi vacío, dependiendo de quién vaya a jugar en el césped. No es lo mismo un equipo de Primera que de Segunda B, dice alguien. Animan a uno de los dos equipo y se pintan las caras y lucen camisetas o bufandas con los colores de su equipo.
En la casa, los que están pegados al televisor desarrollan un comportamiento irracional. Se quejan cuando el balón se estrella contra un poste de la portería. Gritan al que dispara el balón. Gritan al árbitro. Gritan a los jugadores del equipo contrario. Se tiran de los pelos cuando el balón se estrella contra la red de la portería de su equipo porque significa que les han marcado un gol y van perdiendo. A partir de ahí, insultos, gritos, amenazas al árbitro por no haber pitado un penalti o un fuera de juego. Pero, cuando su equipo marca gol, se desata una auténtica locura.
¡GOOOOOOLLL!
El grito se oye en toda la ciudad o en todo el pueblo. Salta por encima del sofá. Parece que está poseído.
No se preocupen. No es grave. Es sólo que ha empezado la liga.
Nuestros sujetos a estudiar tienen una esperanza que varía dependiendo de en qué división juega su equipo.
-Ganar la Liga (esto sólo pasa en Primera División).
-Ascender (esto sólo pasa en Segunda División, en Segunda B, en Tercera, en Preferente, en Regional o en División de honor).
-No descender (esto ocurre en todas las divisiones).
-Mantenerse (esto ocurre también en todas las divisiones).
-Jugar la Champions (esto creo que sólo ocurre en Primera División).
La Liga de Fútbol empezó a jugarse en nuestro país en el año 1928, durante la dictadura de Primo de Rivera. Desde entonces, con la excepción de los tres años que duró la Guerra Civil, se ha jugado la Liga. Siempre ha habido dos partidos (ida y vuelta) del Madrid y del Barça.
A pesar del tiempo transcurrido, de los equipos que han aparecido nuevos, de los equipos que han desaparecido y de los equipos que han llegado hasta nuestros días, la Liga sigue despertando las mismas pasiones incontroladas de siempre. Es algo que no pasa nunca de moda.
Los ídolos cambian. Donde antes estaban Kubala y Di Steffano ahora están Messi y Cristiano Ronaldo. Los entrenadores cambian. Cruift (creo que se escribe así, no lo sé) ya no está, pero estuvo hasta poco Pep Guardiola.
Hemos visto a equipos subir, mantenerse y descender, como le ha pasado al Cartagena. Otros han subido y se mantienen, como el Rayo Vallecano. Otros han descendido y han protagonizado un ascenso fulgurante, como el Depor.
Es la misma historia que siempre se repite de agosto a mayo. La alegría del triunfo...El dolor de la derrota...
La resignación ante un empate...Donde antes se tiraban de los pelos ante la radio de marca Marconi, ahora se tiran de los pelos ante un televisor de plasma, que está empezando a quedarse un poco obsoleto.
Los tiempos camiban. Pero la pasión hacia el equipo de nuestros amores y el odio hacia los rivales no cambia.
Los que odien el fútbol no se preocupen. Esto sólo dura unos meses. Acabará cuando el capitán del equipo que gane la Liga levante la copa y los demás lo celebren con gritos. Si sienten que no pueden escapar del fútbol, piensen en otra cosa y hagan caso omiso cuando oigan gritos, insultos, amenazas y palabrotas al televisor. Y tomen aire cuando escuchen la palabra mágica:
¡GOOOOOOLLLLL!


No es el Barça ni tampoco es el Madrid. Es el Elche C. F, fue fundado en 1923. Esta foto fue tomada durante la Liga 1928-1929. En la actualidad, creo que está en Tercera División.

lunes, 20 de agosto de 2012

EL CAMAROTE DE LOS HERMANOS MARX

Un camarote estrechísimo. Groucho, Harpo y Chico. Con ellos está un joven cantante que busca estar cerca de su amada. Entran dos mujeres para hacer las camas. Harpo está dormido (o eso nos da a entender) y se pone muy cariñoso con una de las limpiadoras. Después llega el fontanero. Luego, viene una joven que hace la manicura y Groucho quiere hacérsela. Llega el ayudante del fontanero y una chica que busca a su tía Micaela. Entonces, entran en escena la mujer de la limpieza y cuatro camareros con la cena que Groucho había encargado unos instantes antes.
Esta secuencia mítica pertenece a una película no menos mítica. "Una noche en la ópera", de los célebres hermanos Marx. Ayer se cumplieron 35 años desde la muerte del genial Groucho, el hombre que nos dejó para la historia frases tan célebres como el discurso correspondiente a esta película: "La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte". Todo un genio del humor. He aquí mi personal homenaje.
Pero la escena del camarote, todo un hito del humor absurdo y surrealista de los hermanos Marx, pierde toda su esencia cuando es contada. Es mejor verla y deleitarse con ella. Uno de los mejores remedios anti depres que nos ha legado Groucho, Harpo y Chico.
Éste es el enlace para poder verla en Youtube.
http://www.youtube.com/watch?v=d9JaykwWpFg

domingo, 19 de agosto de 2012

¿POR QUÉ ERA ESCANDALOSO QUE UNA MUJER ESCRIBIERA EN EL SIGLO XIX?

He leído hace poco una novela de Candance Camp llamada "Escándalo". Dentro de la historia de amor, la protagonista, Priscilla, tiene un secreto que, de salir a la luz, hundiría su reputación. Su secreto es que es escritora y que publica sus historias con un seudónimo masculino.
Cualquiera pensaría que ese secreto es una chorrada y no entiende el porqué Priscilla tiene que mantenerlo en secreto. Sin embargo, si uno presta atención, verá que el comportamiento de Priscilla se ajusta a la realidad de su época.
Cecilia Böhl de Faber es una conocida escritora del siglo XIX. Entre sus novelas destaca "La gaviota", la historia de una joven de origen humilde que destaca por su magnífica voz. Cecilia Böhl de Faber publicó sus obras con el seudónimo masculino de Fernán Caballero. ¿Por qué? Era miembro de una adinerada familia. Su padre era cónsul en Cádiz. Usó un seudónimo en sus obras porque estaba mal visto que una mujer escribiera.
Los temas sobre los que escribían Priscilla, en la novela, y Cecilia Böhl de Faber no tenían nada que ver con lo que se esperaba que una mujer escribiera, es decir, historias románticas sin fondo alguno. Priscilla escribía novelas de aventuras con cierto tinte crítico. Cecilia Böhl de Faber bebió de las fuentes del Realismo español. "La gaviota" transcurre en gran parte en un pequeño pueblo pesquero.
Escribo esta entrada para entender un poco el porqué de esas obtusas mentes que debían de creer que una mujer era poco menos que una perdida ¡sólo por el simple hecho de escribir! Es la hipocresía y el puritanismo elevados a la enésima potencia.
El porqué es muy sencillo. La mujer tenía que dedicarse en exclusiva a su casa, a su marido y a sus hijos. No podía perder el tiempo escribiendo. Porque, en opinión de esa sociedad tan cerrada de mente, una mujer no podía ser escritora a tiempo completo porque no era propio de las mujeres "decentes".
Otro ejemplo. La mismísima Jane Austen. Era la hija de un clérigo protestante. Y, por lo visto, a su padre le debía de sentar mal que su hija escribiera. Por lo que ella estaba siempre atenta cuando se encerraba en su habitación a escribir. Si alguien iba a entrar, escondía deprisa sus escritos. No entiendo cómo pudo concentrarse y regalarnos historias tan inolvidables como "Orgullo y prejuicio", "Persuasión" o "Sentido y sensibilidad".
Quizás el padre acabó cediendo al deseo de Jane de ser escritora porque creía que escribía sobre temas ligeros, como las posibilidades de unas hermanas en contraer matrimonio. Sin embargo, dentro de esos temas "ligeros" se escondía una fina crítica hacia la sociedad británica de su tiempo, sin desdeñar los vicios y las perversiones de algunos miembros honorables de la misma (Willoughby, pretendiente de Marianne en "Sentido y sensibilidad" abusa de una cría de catorce años y la deja embarazada).
Fue a partir del Romanticismo cuando muchas mujeres empezaron a dejar de lado los seudónimos masculinos para escribir.
Fue a partir de sus escritos cuando muchas mujeres empezaron a tomar conciencia de su situación. No debían de limitarse a ser sólo madres, esposas y amas de casa. No debían de aguantar a unos maridos que no las querían en muchos casos. No estaban sólo de adorno. Podían pensar. Podían ser libres. Podían ser independientes.
Algunas de esas mujeres escritoras, como es el caso de Emilia Pardo Bazán (aristócrata de cuna, comportamiento rebelde, estilo realista y pluma afiladísima), se convertirían en las primeras feministas de la Historia.
Pero eso lo veremos en otra entrada.
Mientras, demos gracias de vivir en una sociedad donde una mujer no tenga que esconderse para escribir y plasmar una historia en un papel.
Charlotte Brönte

jueves, 16 de agosto de 2012

¡QUÉ GANAS TENGO DE QUE SE VAYA EL VERANO!

Vais a pensar que me he vuelto loca al hacer esta entrada. Pero es así como lo siento.
Me gusta el verano. Me gusta tomar el Sol (con precaución, eso sí) y bañarme en la piscina por las tardes. Pero hay cosas que no soporto. ¡Como el calor!
Hace poco, con la última ola de calor que tuvimos no hace nada, llegamos a los 40ºC. No se podía salir a la calle. Y de noche las temperaturas no bajaban. Gran parte de la noche con el aire acondicionado puesto para combatir el calor. Y, cuando no se puede, el abanico o el ventilador.
¡Y, encima, dicen en las noticias que van a subir de nuevo las temperaturas esta semana! Es normal que haga calor en verano. Pero confieso que siento envidia cuando oigo que está lloviendo en el Norte. Aquí, en La Unión, sólo llovió un día y duró la lluvia diez minutos.
Confieso que me gustaría vivir en el Norte. Será rara porque vivo en un lugar soleado y cálido y aborrezco que las temperaturas alcancen los 40ºC. ¡No hay quien lo soporte! No tienes ganas de moverte. No tienes ganas de hacer nada. Estás como aplatanada. Bebes agua fría, bebes un refresco...¡Y nada! No puedes salir a la calle más que en momentos puntuales porque te abrasas.
Las duchas te dejan limpia y fresca. Pero es sólo una sensación momentánea. Enseguida, vuelves a estar sudando.
Tienes que ir a la sombra. ¡Pero es que hay veces que no encuentras la sombra por mucho que busques!
En Madrid, por lo menos, te puedes refrescar en las fuentes. Pero en mi ciudad no hay ninguna fuente en ninguno de los parques que hay allí, excepto en uno. Y, encima, está rota. ¿Cómo te puedes refrescar? Te queda el consuelo de ir a la piscina. Por lo menos, allí te bañas y te refrescas.
Paso mucho tiempo en la biblioteca. Me permite salir de casa y buscar allí información. Sin embargo, la biblioteca cierra durante el mes de agosto. No abrirá hasta septiembre.
Las olas de calor son nocivas para los niños y para los ancianos. Los peques tienen que estar bebiendo agua porque corren el riesgo de deshidratarse. Y a los ancianos les pasa lo mismo. Te puede dar una lipotimía tengas la edad que tengas y, si tienes mala suerte, te puedes quedar en el sitio.
Los mosquitos se ceban contigo en cualquier época del año. Sobre todo, en verano. Y si es un mosquito tigre...¡Apaga y vámonos!
Tengo dos picaduras de este insecto en mi pierna. Y las dos las tengo infectadas. Lo malo es que parece que no quieren curarse. Deben de haberme cogido mucho cariño.
Es muy duro tener que decir que deseo que se acabe el verano. ¡Pero estaría mintiendo si dijera lo contrario!
Aún así, a todos los que estáis de vacaciones, ¡feliz verano!

miércoles, 15 de agosto de 2012

UN REGALO PARA VOSOTROS

No sabía bien qué hacer cuando llegara a los cincuenta seguidores porque nunca pensé que llegara a tener ese número cuando creé este blog. Pero ya tengo cincuenta y dos. No se me ocurría hacer un concurso o un sorteo de algo para celebrarlo. Sé que, aunque no siempre comentáis, estáis ahí. Me leéis cuando podéis. Y yo me alegra saber que no estoy sola en el camino. Estáis a mi lado aunque no os vea. Me dais aliento para que siga adelante. Incluso me dais buenos consejos cuando creéis que estoy equivocada y para ayudarme a mejorar el blog.
Por todo eso, os doy las gracias.
Gracias por apoyarme. Gracias por estar ahí. Gracias por aconsejarme. Gracias por leerme. Gracias por comentar. Gracias por no dejarme caer.
¡Muchísimas gracias!
Este regalo es para todos y cada uno de vosotros.
¡Sois fantásticos!

martes, 14 de agosto de 2012

NOSFERATU, EL ROMANCE DEL NO MUERTO

No vais a encontrar ni una sola escena gore en esta película. No vais a ver efectos especiales de alucine. No tiene la marca Hollywood.
Es una película de 1922, muda, en blanco y negro y alemana. Pero ¡que me aspen si no es la película más acojonante que he visto en mi vida!
Estoy hablando de "Nosferatu".
He visto esta película unas tres veces. Y soy tan tonta que desearía verla una cuarta. Porque, cuando la veo, no consigo conciliar el sueño por la noche.
Cuenta la historia de Thomas Hutter, empleado de una inmobiliaria en Wismark. Un joven casado y tranquilo que quiere mucho a su mujer. Un día, el jefe de Thomas recibe una carta del Conde Orlok, el cual manifiesta su deseo de comprar una casa en Wismark. El jefe envía a Thomas a los Cárpatos, donde vive el Conde, para concretar la venta de la casa. Thomas se despide de Ellen, su mujer, y parte con destino a los Cárpatos.
Una vez que ha llegado a su destino, Thomas comprueba cómo los vecinos se asustan cuando él pide ayuda para llegar al castillo donde habita el Conde y cómo tratan de disuadirlo para que no vaya. Un cochero lo lleva hasta allí, pero no quiere traspasar el puente que conduce hasta el castillo. Durante los días que pasa Thomas en el castillo, el extraño comportamiento del Conde le hace sospechar de que podría tratarse de un vampiro. Intenta escapar de allí para dar aviso a los vecinos de Wismark del peligro que corren. Pero cae por la ventana al descolgarse y acaba en el hospital.
El Conde llega a Wismark y, allí, mientras el caos y la muerte se apodera de la ciudad sin saberse las causas, se enamora de Ellen, una joven bella y virtuosa. Como veremos más adelante, Ellen, a pesar de tener miedo, acabará demostrando su valor.
El argumento podría parecer similar. De hecho, es la historia de "Drácula". Jonathan Harker es empleado de una inmobiliaria. Viaja a Rumania para concretar la venta de una casa al Conde Drácula. Y empieza a sospechar cosas raras de su cliente.
De hecho, hubo problemas entre la productora y la viuda de Bram Stoker, Florence. Y es que la productora no había comprado los derechos de autor de la novela de Stoker. En la productora llegaron a decir que ellos habían tomado la trama de la novela, pero que se habían limitado a cambiarle los nombres a los personajes y algunos puntos, por lo que no pasaba nada. Florence Stoker ganó el juicio. La sentencia ordenó la destrucción de todas las copias de la películas. Pero algunas permanecieron ocultas hasta la muerte de Florence Stoker. Inmediatamente después, fue distribuida por todo el mundo. En fín, líos legales que pueden ocurrir cuando una novela famosa va a ser adaptada al cine.
¿Y por qué atrae tanto "Nosferatu"?
Es una película muy conocida. Más que conocida, legendaria. No sólo por el éxito que tuvo en su día. También por sus leyendas urbanas, que tiene unas cuantas. Se han hecho estudios de ella. Se ha criticado en numerosos foros de cine. Se han escrito hasta ensayos. Se ha debatido hasta la saciedad. Sin embargo, no es una película que pueda verse en televisión. Ni siquiera en Buzz, canal donde emiten películas de terror, la emite. Eso sí, verán películas con sangre y vísceras por doquier. Ni siquiera la emite TCM. O la verán en el cine de La 2. O en el ciclo de clásicos que emite La 1. Se puede conseguir en DVD y está colgada en Youtube.
Se hizo un "remake" en 1979, "Nosferatu, el vampiro de la noche", de Herzog, (que por cierto, Buzz está emitiendo en la actualidad) y en el año 2000 se hizo una película que contaba algunos aspectos del rodaje, en su mayoría basados en leyendas urbanas. Se tituló "La sombra del vampiro". En esa película cuenta que el protagonista de "Nosferatu", Max Schrek era, en realidad, un vampiro. Que el director de la película, Murnau, quería hacerla lo más realista posible y buscó a un vampiro real para que diera vida a Nosferatu. El no muerto.
Por supuesto, se trata de una leyenda urbana. Max Schrek era un conocido actor de cine y de teatro en el década de 1920. Sin embargo, muchas de sus películas, por desgracia, se han perdido. No era ningún vampiro. Contribuyó a su leyenda el hecho de que en esta película, Schrek borda a la perfección su papel. Nos hace creer a todos que es realmente un vampiro. Y ese miedo es el que hace que pasemos la hora y media que dura la película con el corazón encogido.
Sin embargo, son muchas las leyendas que circulan acerca de esta obra. Como que la protagonista murió en la escena final porque Schrek, al ser de verdad un vampiro, le chupó la sangre. O que desaparecía miembros del equipo técnico. Evidentemente, todo esto es falso, pero se recrea a la perfección en "La sombra del vampiro". Lo que sí es cierto es que la productora fue "Fraternitas Saturni", una logia ocultista.
Nosferatu es el polo opuesto a Drácula. No es un aristócrata apuesto de modales refinados y bien vestido. Tampoco se parece en nada a los vampiros que aparecen en las novelas románticas paranormales, de pelo largo, chupa de cuero y musculosos. Para nada. Nosferatu atrae y repele a la vez. Es un ser esquelético y de piel blanca. Tiene las uñas muy largas. Es calvo y sus orejas son puntiagudas, como las de un conejo. Para muchos, es la imagen real del vampiro. Es la viva imagen del terror. La realidad sin necesidad de enseñar vísceras y sangre. Sin necesidad de efectos especiales que saltan a la vista que son falsos. La sensación que transmite la película es de angustia.
Hay escenas que sobrecogen. Como cuando se abre el ataúd donde yace el Conde Orlok y lo primero que se ven son sus largas uñas. O cuando la sombra de su mano parece recorrer el cuerpo de Ellen hasta llegar al corazón y parece que lo oprime. Una sensación que sentimos a la vez. O la proyección de su sombra en la pared. Esa sombra tan espeluznante...Y piensas que podrías ver esa sombra de un momento a otro proyectándose en la pared de la sala de estar de tu casa o de tu habitación. Un espantoso ser de orejas puntiagudas y largas uñas sediento de sangre...

 La sombra de Nosferatu. Los juegos de sombra se utilizaron mucho en las películas expresionistas.

El Conde Orlok es más humano que Drácula. Está condenado a vivir eternamente. Y siente el peso de su inmortalidad. De alguna manera, busca la liberación a través de la muerte. Busca pasar esa eternidad en compañía de otra persona. Vive solo. Viaja solo acompañado de la tierra de su país de origen. Su única compañía. Está solo en la vida.
Se enamora de Ellen. Cree encontrar en ella su alma gemela. La mujer que ha de compartir su eternidad con él. Hasta donde yo sé, Drácula nunca se enamoró de Mina. Ni en el libro se menciona ese romance tan apasionado que hemos leído en "Drácula, mi amor". El amor vino a través de las películas, especialmente, la de Francis Ford Coppola, que era de terror, pero tenía mucho más de película romántica de época. Ellen, a su vez, también siente cierta atracción por el Conde. Atracción que trata de repeler para salvar a su marido. Para salvar a sus vecinos del peligro que corren. Para salvar su alma.
La ambientación está muy bien lograda. Te traslada a otra época. Una época llena de romanticismo, pero también de oscuridad. Al principio de la historia, los protagonistas son felices. Pero se intuye que se avecina un desastre por el horizonte. El castillo de Conde Orlok te transmite una sensación de miedo. Y su sola presencia te pone los pelos de punta. Su mirada te traspasa el alma. Adivina lo que sientes y lo que estás pensando.
Tienes miedo. Miedo porque Thomas ha caído prisionero en sus garras. Miedo porque intuyes que el desastre se aproxima hacia Wismark. Miedo porque Ellen está sola y el Conde Orlok ya se ha encaprichado de ella. ¿Encaprichado? Llamémosle obsesionado. Capricho era lo que Drácula sentía hacia Lucy y Mina. No se trataba de amor, sino de convertirlas en sus esclavas. Como las tres vampiresas que tenía a su servicio. Que me perdonen los fans de esta novela, quizás una de las mejores historias de terror jamás escritas. Pero para romántica la relación entre Jonathan y Mina, capaces de luchar el uno por el otro, y Lucy y Arthur, que quiere que su amada alcance la paz para su espíritu y recupere su alma después de muerta. Estas dos parejas sí se querían. Drácula no amaba a Mina. Y Mina le tenía auténtico terror. En ningún momento se habla de que exista una relación amorosa más allá de la conexión psíquica que establece entre él y Mina cuando la obliga (la obliga, no que ella lo haga de manera voluntaria) a beber su sangre. Aunque hay quien ve en esta novela la represión que sufrían tanto los hombres como las mujeres, especialmente las mujeres, en asuntos sexuales durante la época victoriana. No olvidemos que fue escrita en el año 1897.
Es lo que se intuye lo que da miedo. Es la presencia de Orlok lo que asusta. Es la ambientación y la música chirriante lo que acentúa ese terror. Es el expresionismo alemán. El cine se aleja del teatro y se acerca más a la pintura. "El grito", de Munch, mi cuadro favorito, pudo servir como base para esta película perfectamente. Los sentimientos de los personajes prevalecen sobre la ambientación. Se nos transmite lo que sienten. Lo que piensan.
 La cámara fija sobre el Conde te impulsa a apartar la vista. Aún cuando has visto esta película muchas veces. Aún cuando sabes que no vas a ver sangre a mansalva, como ocurría en las películas de la Hammer en la década de 1960. Sangre falsa porque parecía más pintura que otra cosa.
Las interpretaciones pueden ser un poco sobreactuadas. Como lo son todas las interpretaciones de la época. No olvidemos que estamos ante una película muda. Había diálogos, pero no se oían y nos ponían los cartelitos para que supiéramos de qué estaban hablando. Los gestos y las expresiones de la cara nos sirven para comprobar lo que sienten. La tristeza de Thomas al despedirse de Ellen. El terror que ésta siente ante la presencia del Conde.
Hay romanticismo en esta película. No sólo por la época en la que transcurre (1838), sino también en las relaciones de los personajes. Thomas y Ellen se enamoran, pero se ven obligados a separarse por el trabajo de él. Ella se hunde al estar lejos de su amado, como si presintiera que algo horrible está a punto de pasar. Thomas piensa en Ellen, en el peligro que corre y se siente impotente por no estar a su lado. Orlok necesita a Ellen. No como alimento, como quería hacer con Thomas, al que muerde cuando éste se hospeda en su castillo la primera noche, sino como compañera.
También refleja bien la manera de pensar de muchas personas de esa época. Durante el siglo XIX, numerosas epidemias parecían que volvían a asolar Europa. En Cartagena, empezaron a haber brotes de cólera morbo asiático en 1834. Y esos brotes duraron hasta la década de 1890. También sufrió una epidemia similar Benidorm. Los vecinos con posibles de la isla abandonaron la ciudad y buscaron refugio en el islote que hay frente a sus costas hasta que pasara la epidemia. ¿Por qué se cebaba la enfermedad y la muerte sobre aquellas ciudades? Los médicos no encontraban la causa. Por lo que no era de extrañar que algunos pensaran que era obra de algún ser demoníaco.
El horror está presente en la obra. Desde el inicio aparentemente tranquilo hasta el final. Que, por supuesto, no voy a revelar si alguien está interesado en ver la película. Je, je.
Es un horror invisible. No se ve, pero se percibe. Y Murnau sabía cómo plasmar ese horror. Cómo una ciudad tranquila donde nadie apenas tenía preocupaciones pasa a ser una ciudad que vive aterrorizada por una enfermedad que está acabando con ellos. Cómo los vecinos entierran a sus muertos sin entender el porqué de tanto dolor. Parece imposible acabar con el Mal. Y uno tiene esa espantosa y realista sensación hasta llegado el final.
Una película digna de verse, al menos, una vez en la vida. Uno de los clásicos del cine de terror. Real y romántica a la vez. Aterradora y, al mismo tiempo, llena de poesía. Un poema visual que nos retrotrae a los tiempos de Byron y de Shelley. O de Espronceda con "El estudiante de Salamanca". El deseo de tener a alguien que nos acompañe siempre quizás nos hace un poco más cercanos al siempre aterrador conde Orlok.


¿Qué hacer? ¿Huir? ¿O quedarte? ¿Qué sentir? ¿Miedo? ¿O compasión?

lunes, 13 de agosto de 2012

¡TACHÁN!

Hoy, lunes, puedo decir que ya han terminado las obras en mis blogs "Entre el cielo y la Tierra" y "Un blog de época". Los cambios han sido menores de los que prevía.
He cambiado el fondo a "Un blog de época". Y he puesto imágenes en los dos blogs. En "Entre el cielo y la tierra" he puesto imágenes preciosas acerca de las minas de mi ciudad, La Unión. Antes, no tenía ni una sola imagen. Un blog sin imágenes queda como un poco soso. Es como comer un pastel y se te ha olvidado echarle azúcar.
Las imágenes que he puesto en "Un blog de época" son las que he considerado más románticas. Y he colocado imágenes de dos de mis personajes favoritos, Catalina Fernández y Roberto Colina y Yáñez, conde de Mora. Lo confieso. Siento debilidad por los caballeros.
Me ha costado trabajo decidirme por los colores. Creo que el color actual es el que mejor le pega a un blog de época y romántico. He añadido etiquetas a un lado. Los anchos y los largos no los he querido cambiar mucho. Me hago un lío y el resultado final no acaba de convencerme.
Sé que tendré que hacer más cambios a la larga. Como, por ejemplo, ponerle música. He intentado ponerle música, pero me temo que blogger, la música y yo tardaremos algún tiempo en entendernos.
Seguiré subiendo mis historias y haciendo mis entradas de Historia, tal y como vengo haciendo desde enero.
En estos momentos, el blog es lo que más vida me da. Disfruto con él. Escribiendo en él. Es como mi válvula de escape. Estoy un poco decaída en estos días. Quizás sea por el calor, que me deja aplatanada, como se dice. Lo admito. Adoro el otoño y el invierno. Escribir junto a una estufa es uno de mis mayores vicios. Además, con el invierno, me siento más motivada a moverme. A hacer más cosas. Esto es algo temporal y se irá en cuanto pase la ola de calor. Ayer, sin ir más lejos, estuvimos a 40ºC en La Unión. No se veía a nadie por la calle hasta la caída del Sol, que levantó un poco la brisa y se puso salir a la calle sin temor a derretirse. Lo mejor que se puede hacer en estos casos es buscar la sombra y beber mucho líquido. Y no salir a la calle en las horas centrales del día. Excepto si no hay más remedio, por lo que buscar siempre la sombra.
En resumen, espero de corazón que os guste cómo he dejado el blog. Lo he hecho con todo mi cariño y estoy muy contenta con el resultado final.
Un abrazo a todos y gracias por estar ahí.
 

miércoles, 8 de agosto de 2012

BLOGS EN OBRAS

¡Hola a todas!
Han pasado ya ocho meses desde que creé este blog. Lo hice con la intención de subir mis relatos. Nunca pensé que alguien pudiera leerlos. O que alguien hiciese algún comentario. O que alguien lo siguiera. ¡Y ya tengo 52 seguidores! ¡Muchas, muchísimas gracias a todos vosotros! Me leéis. Y también hacéis comentarios. Saber que estáis ahí es mi principal aliciente. Me anima a seguir escribiendo. A seguir subiendo mis historias. A estar al pie del cañón.
En los próximos días, se van a producir algunos cambios en el blog. Espero que se produzcan algunos cambios en el blog porque blogger y yo tenemos que entendernos antes o después. Quiero cambiarle el fondo de diseño y añadir cosas nuevas. Quiero mejorar el blog. Y espero poder hacerlo a lo largo de estos días.
No sólo haré cambio en este blog. También haré cambios en el otro blog que tengo, "Entre el cielo y la tierra". También quiero que mejorarlo. Que tenga más imágenes. Entenderme con las etiquetas. Esas cosas...
Durante los días que esté haciendo cambios en el blog, no publicaré ninguna entrada. Lo siento de corazón. Confío en que no me lleve mucho tiempo.
Volveré a publicar, espero, a partir del lunes de la semana que viene. Que es cuando ya estarán todos los cambios efectuados. Y confío que sean para bien.
A todos, gracias por seguirme. Gracias por estar ahí. Gracias por leer mis entradas y mis historias, aunque me equivoque en éstas. Gracias por comentar.
Un abrazo a todos.

martes, 7 de agosto de 2012

CRUEL DESTINO

              Una nube negra tapó el Sol.
              Katherine estuvo hablando durante mucho rato.
              Estaba a solas con sus hermanas. Se sentía capaz de contarles cualquier cosa.
              Sus hermanas la escucharon en silencio. Percibieron la angustia en la voz de Katherine. Las dudas que la rondaban. No se arrepentía de haberse entregado a Stephen. Pero sí tenía miedo por las consecuencias que podía tener aquella entrega.
-Stephen piensa que me he quedado embarazada-afirmó Katherine-Y no quiere que nuestro hijo, de existir, nazca fuera del matrimonio. Quiere que nos casemos. Y padre y madre se oponen a nuestra boda. Ya lo sabéis.
               Intentó mostrarse serena. Pero la angustia que reflejaba el tono de su voz la delataba.
               Katherine trazó con el dedo un dibujo en la arena.
               No había nadie allí. Estaba sola con sus hermanas. Katherine sintió una punzada de dolor dentro de su pecho. ¿Y si era la última vez que compartía confidencias con Sarah y con Mary?
-Stephen me ha propuesto que huya con él-prosiguió Katherine-No sé qué hacer.
               Se hizo el silencio.
             Sentada en la arena, Katherine contemplaba la playa. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. ¿Y si era la última vez que veía el mar? Se encontraba sentada en medio de Mary y Sarah. Las tres guardaban silencio. A lo lejos, había una pareja que paseaba. Delante de ellos, iba corriendo una niña. El mar parecía estar susurrándole algo a las hermanas Wynthrop. Son sólo olas, pensó Katherine. Les toca a ellas hablar después de lo que les he contado. Lejos de casa, Katherine tuvo el valor de sincerarse con María y con Sarah. De hablarles de sus dudas. De sus miedos...De contarles lo que le había propuesto Stephen.
              Huir juntos.
-¿Qué me decís?-les preguntó Katherine a sus hermanas-Os habéis quedado calladas.
-No se trata de una decisión que Mary o yo debamos de tomar-respondió Sarah-Esa decisión la tienes que tomar tú. Padre se opondrá a tu boda con mister Winter.
-Pero él tiene razón en una cosa, Sarah-matizó Mary-Y es que Catalina podría estar esperando un hijo suyo. El escándalo sería terrible. Un hijo fuera del matrimonio...Tienen que casarse. ¡Deben casarse! Aunque padre se oponga y madre se desmaye al saberlo.
             Katherine cerró los ojos. Pensó que sus hermanas tenían razón. Le tocaba a ella tomar una decisión. ¿Por qué le costaba tanto trabajo ahora decidir? Se trataba de ser feliz al lado del hombre que amaba. Antes, habría luchado contra viento y marea con tal de estar al lado de Stephen. No debía de ser una cobarde. No cuando estaba en juego su felicidad. No cuando estaba en juego su futuro. Y, además, podía estar embarazada.
             ¿Qué más necesitaba para decidirse?



-Cathy, ¿de verdad estás enamorada de mister Winter?-le preguntó Mary-Sé que estuviste enferma por mi culpa, por irme de la lengua con nuestros padres. Pero quiero pensar que estás enamorada de verdad de él. Y que no estás enamorada de un ideal. De lo que crees que debería ser amor.
-¡Amo a Stephen con toda mi alma!-respondió Katherine con vehemencia-¡Daría mi vida por él! No es que yo esté enamorada del amor o de un ideal. Se trata de que amo a un hombre de carne y hueso.
-Entonces, tú misma has tomado una decisión-observó Sarah.
           ¡Y era verdad, maldita sea!, pensó Katherine. En el amor, había que arriesgarlo todo. Sólo así se conseguía ser feliz. Y ella tenía que arriesgar si quería ser feliz al lado de Stephen. Tenía mucho a su favor. Y tenía un buen motivo para dar un paso adelante. Miró a Sarah. Miró a Mary. Y se le rompió el corazón al imaginar lo mucho que las echaría de menos. Estaba siendo egoísta. Pero tenía que serlo por su bien, por el bien de Stephen y por el bien del posible bebé que estaba creciendo en su interior.
-Os quiero muchísimo-afirmó Katherine.
            Mary y Sarah la abrazaron.
-¿Cuándo se lo dirás a Stephen?-quiso saber Sarah.
-Esta noche vendrá a verme al jardín-contestó Katherine-Entonces, le diré que he tomado una decisión. Y que me iré con él adonde sea.
-Sabes que cuentas con nosotras para lo que sea-le prometió Mary-Te queremos muchísimo, Cathy.
            Se separaron y las tres tenían las mejillas bañadas por las lágrimas. La separación era ya una certeza. Una certeza muy cruel...

lunes, 6 de agosto de 2012

CRUEL DESTINO

            ¿Qué era lo que le había atraído de Sarah? Darko no se reconocía.
            Jamás pensó en enamorarse. Y, desde luego, nunca pensó en enamorarse de una solterona. Pero Sarah no se parecía a las solteronas que Darko había conocido.
            Su carácter era agradable. Tenía las cosas muy claras. Y tenía mucha confianza en él. Darko sabía que eso sería nocivo para ella. Debía de hacer lo imposible por alejarse de Sarah. No quería hacerle daño. Y se había enamorado de ella. Eso la destruiría.
              Sarah tiene mucho carácter, pensó Darko. Y se había enamorado precisamente de él. Encerrado en la habitación de la posada, se paseaba de un lado a otro. Intentaba tomar una decisión con respecto a su vida. Pero no era capaz de llegar a ninguna parte. El problema era que no tenía agallas. Así de simple.
              Sarah tenía la lengua afilada. Podía adivinarlo en su manera de hablar. En cómo lo miraba directamente a los ojos. Era tan bella como inteligente.
              Otro hombre estaría agradecido. Sarah lo había escogido para ser su compañero en la vida. Y él estaba destrozado porque no la merecía.
             Sarah era la mujer más maravillosa que jamás había conocido. Con ella, Darko podría empezar de cero. Vendería la casa de juegos y el burdel. Donaría el dinero que le diesen por la venta a algún orfanato.
Buscaría un trabajo honrado. Empezaría trabajando de aprendiz en cualquier sitio. Sabía de cuentas. Podía trabajar como contable. Él y Sarah se marcharían lejos. Conseguiría un trabajo como contable.
             A Sarah nunca le faltaría nada. Viviría como una Reina.
             Podía hacerla feliz, pensó Darko. Se asomó a la ventana de la habitación. Fuera, hacía Sol. ¿Es acaso un presagio?, se preguntó. ¿Tengo alguna oportunidad? ¿Y si Dios le estaba dando una oportunidad? Podía aprovecharla. Sonrió para sus adentros.
           Sarah lo hacía reír. Sarah lo apoyaría siempre. Nunca lo abandonaría. Ella no era como los demás. Aquéllos... Había confiado en demasiada gente en el pasado. Y todos le habían abandonado. Sarah estaría siempre a su lado. Vivirían en una casita en el campo. Tendrían diez hijos. Y todos crecerían en un hogar cargado de amor.



            Katherine pasó el día siguiente muy inquieta. No había sido capaz de darle una respuesta a Stephen.
           No se atrevía a huir con él. Tenía miedo de la reacción de sus padres. Y también tenía miedo de separarse de sus hermanas. Se preguntaba si debía de contárselo. Pero recordaba que fue María la que la había delatado. ¿Podía confiar en ella? ¿La ayudaría?
           Se había despedido de Stephen en el jardín con un beso de amor.
-Dame tiempo-le rogó.
-No tenemos mucho tiempo-le recordó Stephen.
-Tengo que pensarlo. Trata de entenderme.
-Te entiendo, Cathy.



           Ella no sabía qué hacer. Podía estar esperando un hijo de Stephen. Le ilusionaba la idea de traer al mundo al hijo del hombre que amaba. Pero también le asustaba el escándalo.
            Era una cobarde. No se atrevía a dar un paso adelante.
           Pasó por delante de la habitación de Mary y vio cómo Erika recogía el cabello pelirrojo de la joven en un moño.
            Mary se percató de la presencia de Katherine. Tuvo la sensación de que le pasaba algo porque la veía seria. Se preguntó si habría discutido con Stephen. Erika terminó de hacerle el moño. Mary cruzó su mirada con la mirada de su hermana menor.
-¿Querías algo, Cathy?-le preguntó.
             La aludida negó con la cabeza. ¡No podía contarle nada delante de Erika! ¡Seguro que no tardaba en ir con el cuento a sus padres!
-¿Has visto a Sarah?-inquirió.
-Creo que está en el salón-contestó Mary-¿Por qué lo preguntas?
-Por nada...Es que...He pensado que podríamos salir esta tarde las tres. Iríamos a pasear a orillas de la playa.
-Es una buena idea.
            Katherine decidió que sus hermanas debían de saberlo. Pero no iba a hablar delante de Erika.
           Bajó la escalera. La playa le parecía un buen lugar. Sus hermanas la ayudarían. Estaba segura de ello.
          Sarah estaba liando un ovillo de lana como podía.
-¿Me ayudas?-le preguntó a Katherine cuando ésta entró en el salón-Odio hacer labores. Bordar. Tejer. No está hecho para mí. A ti te gustan. Pero yo lo aborrezco.
           Katherine se sentó al lado de Sarah en el sofá. Cogió el ovillo de lana. Lo fue liando. Mientras, Sarah sujetaba la lana con las muñecas.
-Te pasa algo-observó Sarah.
           Katherine negó con la cabeza. Estaban solas en el salón. Su padre estaba encerrado en su despacho. Y su madre estaba en la cocina hablando con la cocinera sobre lo que iban a comer al mediodía. Podía hablar con total tranquilidad. Pero alguien podría oírla.

domingo, 5 de agosto de 2012

CRUEL DESTINO

             Toda su vida había sido la miseria.
             Desde que recordaba, no había tenido una familia.
             De niño, había fantaseado con la idea de ser el hijo perdido de un aristócrata.
            Los años en la calle le convencieron de la inutilidad de aquel sueño. Posiblemente, él era el hijo de alguna furcia.
             Hijo de padre desconocido...Su madre no quiso tenerlo consigo. No pudo abortarlo. Lo parió. Y lo desechó.
             De hecho, le habían encontrado entre montones de basura.
             Nadie lo había reclamado. Ningún ricachón había querido acogerlo en su casa en calidad de protegido.
             Darko había cometido toda clase de atrocidades. Se justificaba así mismo diciéndose que lo había hecho para sobrevivir.
              Había ganado una gran fortuna. Pero seguía siendo un mendigo. Las mujeres ricas lo buscaban para acostarse con él. Pero no podía casarse con ninguna de ellas.
              Sarah sí quería casarse con él. Sarah no era ninguna ramera de alta sociedad.
              Era una joven casta y decente. La hacía imponerse. Le hacía respetarla. Y Darko Raven jamás había respetado a una mujer. Pero Sarah era distinta. Era diferente. No sabía el porqué le hacía sentir aquello.
             El recuerdo de la joven le atormentaba. No sabía qué hacer.



               Darko pasó la noche en la posada de Holyhead.
              Pero pasó la noche sentado en el camastro. Reflexionaba acerca de lo que debía de hacer.
              La familia de Sarah era bastante rica. Habían obtenido su fortuna de manera honrada.
              En cambio, todo el dinero que tenía Darko lo había sacado de la peor de las maneras. Había traficado hasta con opio. Había chantajeado, secuestrado, robado e, incluso, asesinado. Y todo por querer destacar por encima de aquellos petimetres que lo habían mirado con desprecio cuando sólo era un chiquillo que malvivía en las calles. ¿Había valido la pena?
               Había seducido a damas de alta cuna. Y, luego, las había chantajeado con revelar sus escarceos. Se sintió enfermo de sólo pensarlo.
           ¡Y él era el hombre que mejor le convenía a Sarah! Sarah...
            Tenía el alma y el corazón corrompidos. No era digno de Sara. Un hombre que poseía una casa de juegos no era digno de un ser tan puro y tan noble como lo era Sarah. Quería cambiar y quería ser mejor persona. Vendería la casa de juegos y también vendería su burdel. Alguien se los compraría y él podría empezar de cero con el dinero que le darían por la venta. ¿En serio estaba pensando en empezar de cero?
            Sarah era un ángel. Había llegado a su vida cuando menos se lo esperaba y se había hecho poco a poco un hueco en su corazón.
             No era digno de ella. No se atrevía a luchar por ella. Se sentía débil cada vez que Sarah lo besaba.                Y se sentía incapaz de empezar de cero.
               Ni siquiera sabía la edad real que tenía. Había aparecido en medio de la calle como si tal cosa.
               Sarah no debía de acercarse a él porque corría el riesgo de ser corrompida. Destrozaría todo lo bueno que había en ella. Había cometido las peores perversiones. ¿Cómo podía mirarla a los ojos?
            Olía a alcohol. Olía a mujerzuela. Olía a opio, incluso. ¡Y creía que podría hacer feliz a Sarah!           Acabaría destrozándola de todas las maneras posibles. Y ella no se lo merecía. Merecía otra clase de hombre. Merecía ser feliz.

             Katherine bajó en silencio la escalera. El ruido de las piedrecitas golpeando el cristal de la ventana de su habitación la había despertado. Se puso las zapatillas y cubrió sus hombros con un chal.
             Stephen la estaba esperando en el jardín. Había pasado casi una semana desde la noche en la que hizo suya a Katherine. Aunque sabía que había hecho mal, sabía que tenía que hacer lo correcto. Él y Katherine debían de huir. Debían de casarse en secreto en algún sitio.
             Al verle en el jardín, Catalina fue corriendo hasta él y lo besó con pasión.
              ¡Qué más daba si sus padres los veían juntos! Se pertenecían mutuamente. ¡Toda Gran Bretaña debía de saberlo!
             Stephen empezó a hablar. Le pidió perdón a Katherine por lo que le había hecho.
-Fui un bruto-se lamentó-Lo siento de corazón, Cathy. Yo...Nunca debí...
-¿Te arrepientes de haberme hecho tuya?-se inquietó la joven.
             Stephen negó con la cabeza. Jamás se arrepentiría de lo ocurrido aquella maravillosa noche. Pero sabía que había obrado mal. Y quería compensar a Katherine. Quería hacer lo correcto con ella. Y lo correcto era casarse lo antes posible. Ella podía estar gestando en aquellos momentos un hijo suyo. Lo último que quería era exponerla al mayor de los escándalos.
            Katherine se quedó atónita cuando Stephen habló de una huida.
-¡No puedes estar hablando en serio!-se escandalizó.
-Nunca antes he hablado más en serio que ahora, Cathy-le aseguró Stephen.
-Mis padres renegarán de mí si hago eso. ¡Es una locura!
-Cathy, mi amor, reflexiona un poco. ¿Te has parado a pensar en las consecuencias de nuestros actos? Podrías estar llevando ahora mismo un hijo mío en tus entrañas.
          Stephen colocó la mano sobre el vientre de Katherine. La joven sintió cómo el corazón le daba un vuelco. ¿En serio podía estar esperando un hijo de Stephen? Era como un sueño hecho realidad. Él le dio un beso en la frente.
-¿Crees que podría estar embarazada?-se maravilló Katherine.
            Stephen asintió.
-Sé que tus padres nunca aceptarán que estemos juntos-admitió con un suspiro.
-Hablaré con ellos-insistió Katherine.
-Es inútil y los dos lo sabemos.
-Hablas de que huyamos juntos.
-Huiremos a Gretna Green y nos casaremos allí mismo, Cathy.
              La joven no sabía qué pensar. Nunca antes había imaginado su boda. Siempre pensó que se quedaría soltera. Ahora, había encontrado el amor. Y debía de ocultarse como una vulgar delincuente. Pero sabía que era lo mejor.
-Cada vez que leía un libro o que escribía en mi diario, veía tu nombre-prosiguió Stephen-Me enamoré de ti mientras te daba clases de piano. Tenía la sensación de que estaba sentado al lado de Mozart mientras te escuchaba.
            Stephen podía ver los delicados dedos de Katherine en el piano. Mientras, ella interpretaba una de las Sonatas de Mozart. Stephen la escuchaba con embeleso. Catalina se entregaba con auténtica devoción al piano. No había nacido para permanecer encerrada en su casa como una muerta en vida. No...Katherine había nacido para deslumbrar al mundo con su don. Él la ayudaría.
            Lo supo desde la primera vez que la oyó tocar una pieza al piano.
            Quedó prendado de su talento.
            Katherine sentía la música como la sentía él. Por ese motivo, abandonó su hogar. Sus padres no lo entendían. No le había contado a Katherine la otra parte de su vida. Él era un barón.
           Era el primogénito de los barones de Owain. Un barón no debería de estar tan pendiente del piano. Un barón no debe de ganarse la vida por sí mismo. Stephen casi podía oír al pesado de su preceptor.
            Pero él se estaba ganando la vida gracias a su pasión. La Música...Y había encontrado a Katherine. Al amor de su vida...Ya no podía regresar a casa. Su padre, a lo mejor, ya le había repudiado. No importaba. Él y Katherine saldrían adelante.



-Estás exagerando-sonrió la joven.
-Te seguía con la mirada cuando te veía salir del establo de tu casa para dar un paseo a caballo-se sinceró Stephen-Ibas con una de tus hermanas o con las dos. Y no me atrevía a seguirte. Me conformaba muchas veces con escuchar el sonido de tu voz mientras me hablabas. El mundo tiene que conocerte, Cathy, y yo quiero ayudarte. Cásate conmigo. Huye conmigo y deja que te haga feliz.
-Es una locura. No sé si estás hablando en serio. O si sólo quieres cumplirme después de lo que pasó.
             ¿Aún no quieres escuchar a mi corazón?, se preguntó Stephen dolido.
              Cogió entre sus manos el rostro de Katherine. La besó con auténtica pasión. Ella estaba dispuesta a ir hasta el fin del mundo con él. Pero tenía miedo. Miedo de la reacción de sus padres...Miedo del qué dirán. Cerró los ojos. Stephen llenó de besos su rostro. Y ella tuvo la certeza de que no podría vivir sin él.