domingo, 24 de noviembre de 2013

FRAGMENTO RETRASADO DE "LA VIUDA DE LA ATALAYA"

Hola a todos.
Lo prometido es deuda.
Con un día de retraso, hoy os traigo un nuevo fragmento de La viuda de la atalaya. Seguimos indagando en la trágica historia de amor entre Nicole Bascomb y el conde de Berwick.
¿Qué ocurrió entre ellos?

                         Fueron muchas las veces en las que Nicole intentó hablar con tía Phoebe. La mujer no daba su brazo a torcer.
-No te casarás con él-le ordenó-No te conviene.
                         Nicole estaba desesperada. Amaba a lord Duncan más que a su propia vida. Veía a su tía Phoebe tejer una manta mientras ella se asfixiaba dentro de aquel castillo.
-¿No se da cuenta de que nos amamos?-le espetó a la mujer-¡Lord Duncan me quiere! Y quiere que nos casemos.
-Sólo quiere aprovecharse de ti, querida-afirmó tía Phoebe-Una joven como tú jamás sería condesa. Además, tu sitio está aquí. A mi lado...
                     Nicole tenía ganas de ponerse a gritar de desesperación. Tía Phoebe nunca había sido una mujer muy cariñosa con ella. ¿Con qué derecho le prohibía estar al lado de lord Duncan?
-Me casaré con él-afirmó con vehemencia-¡Y usted no podrá hacer nada para impedirlo!
-Puedo hacerlo-replicó tía Phoebe con total tranquilidad-Te recuerdo que soy tu tutora. No puedes tomar ninguna decisión sin contar conmigo.
                       Nicole abandonó el salón llorando.

                       A lord Duncan le llegó una carta en la que se le comunicaba que tenía que partir rumbo a España. El Ejército había pensado seriamente en expulsarle con deshonor tras su participación en el duelo. Pero la expulsión nunca se hizo oficial. Y, ahora, se veía obligado a partir rumbo al frente.
                     Reinaba en España el hermano de Napoleón, José Bonaparte. Napoleón parecía dispuesto a conquistar toda Europa.
                      El Ejército inglés llevaba algún tiempo combatiendo a Napoleón en España. Lord Duncan no podía seguir con su exilio en la isla de Saint Patrick. Tenía que dar la cara.
                      Le dolía de corazón tener que separarse de Nicole. Pero había peleado en muchos combates. Confiaba en que regresaría a la isla sano y salvo. Entonces, podría hacer realidad su sueño de casarse con Nicole. Huirían a Gretna Green. Nadie les encontraría.
                     Le envió una nota a Nicole explicándole que tenía que verla aquella misma noche. Debía de partir al día siguiente. Pero no quería irse sin haberla visto por última vez. Le hablaría de la carta que había recibido.
                       Se vieron aquella noche en los alrededores de la Torre Redonda, que se encontraba en la isla.
-He de partir para España-le informó lord Duncan a Nicole con pesar-No sé cuándo regresaré.
-¿Volverás?-le preguntó Nicole con angustia.
-Por supuesto...Antes o después, estaré aquí de vuelta. Y huiremos a Gretna Green. Serás mi esposa, Nicky.



                       Empezaron a besarse y se dieron cuenta de que no podían parar.
                       Nicole vivió en brazos de lord Duncan la primera y única noche de amor que tuvieron.
-Vuelve-le pidió la joven-Te lo ruego.
-Te lo juro-le prometió el conde-Volveré por ti.
                      Cayeron al suelo. Lord Duncan se quedó completamente desnudo. Nicole conservó su camisola interior. Los besos que le dio lord Duncan la atontaron. Su cuerpo y su corazón tomaron el control. Se abrazaron con fuerza. Se acariciaron mutuamente muchas veces. Los labios de lord Duncan recorrieron el cuello de Nicole. Llenó de besos sus hombros.
                     Al día siguiente, los dos se vistieron casi en silencio. Se abrazaron con fuerza antes de separarse.
-Espérame, Nicky-le pidió lord Duncan a su amada.
                    Se besaron de manera larga y prolongada. Pero tuvieron que separarse. Nicole vio cómo lord Duncan se alejaba poco a poco de ella. Tuvo la certeza de que se llevaba su corazón con él.
-¡Regresa!-le gritó.
                     Le gritó que siempre le esperaría. Después de eso, Nicole echó a correr. Estaba empezando a amanecer.
                      La joven permaneció todo el día encerrada en su corazón. No podía parar de llorar. Le dolía el corazón al imaginar a lord Duncan lejos de ella. Muchas ideas pasaron por su mente. ¿Y si lord Duncan no regresaba nunca? Tiene que volver, pensó Nicole. Me ha dicho que volvería y Duncan nunca miente. Yo lo esperaré siempre. Siempre...

                    Pasó un mes desde la marcha de lord Duncan. Nicole se dio cuenta de que el periodo no le había bajado aquel mes. Tía Phoebe se fijó en que la joven vomitaba todo lo que caía en su estómago. La mujer se enfrentó a su sobrina y le arrancó la verdad, que estaba embarazada. Lo peor de todo era que el padre del bebé que esperaba Nicole estaba combatiendo en España contra Napoleón. Y, además, era lord Duncan Hazzard, el conde de Berwick.
                      Tía Phoebe se puso furiosa con Nicole.
-¡Eres una perdida, como tu madre!-le chilló-¡Vas a parir otro bastardo, como lo eres tú!
                       La mujer encerró a Nicole en su habitación.
-Ya veré lo que hago contigo-le advirtió.
                       Nicole estuvo llorando durante días. Ella pensaba en escaparse. Iría a España a buscar a lord Duncan. Muchas mujeres seguían a sus maridos soldados. Pero ignoraba dónde podía estar. Una criada era la encargada de servirle la comida. Pero Nicole no tenía hambre. Tenía que escaparse de alguna manera. Pasó un mes encerrada en su habitación. No podía conciliar el sueño por las noches. Se preguntaba qué iba a hacer tía Phoebe con ella.
                        La mujer no quería dirigirle la palabra. En su opinión, Nicole la había defraudado.
                        Una noche, la joven logró abrir la puerta de su habitación usando una horquilla de su pelo.
                         Se puso encima de su vestido una capa de color oscuro. Sabía que los Williams eran parientes de lord Duncan. A lo mejor, pensó, ellos sabían dónde estaba destinado su amado. Nicole abandonó el castillo sin ser vista. Imaginó que iría a buscarle y que él la recibiría con los brazos abiertos. Sonrió ante aquella imagen. Llegó corriendo a la casa de los Williams. Golpeó la puerta de la cocina.
                           Le abrió la puerta una criada de unos sesenta años. Nicole le dijo que quería hablar con el matrimonio Williams.
                          El matrimonio bajó a la cocina.
                          El hombre vestía una camisa corta de dormir. La mujer se había puesto un chal de lana encima del camisón. Los dos se sorprendieron al ver a Nicole. La joven estaba muy nerviosa.
                         La hicieron pasar a la cocina. Se sentaron alrededor de la mesa. Una sospecha pasó por la mente de mister Williams.



-¿Por qué está buscando a Duncan, miss Bascomb?-la interrogó.
-¡Eso no importa!-contestó Nicole con evasivas-¡Tengo que saber dónde está! Ustedes son sus parientes. ¡Deben de saber algo de él!
-No sabemos nada de él.
-¡Eso no es cierto! Se lo ruego. ¡Díganme dónde está Duncan! ¡He de saberlo!
                      Pero los Williams no supieron darle razón alguna de él.
                      Nicole abandonó la casa destrozada. Se dijo así misma que los Williams le estaban mintiendo. Pensó que tía Phoebe les había pagado para que no le dijeran dónde estaba lord Duncan. Las lágrimas caían abundantemente por sus mejillas. En aquel momento, no pensó en el bebé que estaba creciendo en su vientre. Pensaba en el dolor que sentía al sentirse lejos del hombre que amaba. Un presentimiento se adueñó de su mente. Tiene que regresar, pensó Nicole con desesperación. Me ama. Tiene que regresar porque voy a darle un hijo y porque me ama. Como yo le amo a él.
                       Pasó otro mes. Nicole estaba en su tercer mes de embarazo. Tía Phoebe aún no había decidido qué iba a hacer con ella.
                       Pero el embarazo de Nicole no tardaría mucho en empezar a notársele. Tía Phoebe pensó en su sobrina, la madre de Nicole. No le dio tiempo a arreglar su situación, pues unas fiebres acabaron con su vida a los pocos días de nacer su hija. Sabía que su hermana y su cuñado habían apalabrado su matrimonio con un conocido. ¿Podía hacer ella lo mismo? ¿Podía buscarle un marido a Nicole? ¿Y quién aceptaría casarse con una joven bastarda que iba a traer al mundo a un hijo ilegítimo?
                     Nicole estaba a punto de cumplir su cuarto mes de embarazo. Empezaba a sentir cómo su hijito se movía en su interior. Por lo menos, se decía así misma, algo de Duncan permanecía con ella.
                        Todo cambió un atardecer en el que Nicole sintió un fuerte dolor en su vientre. En un primer momento, no le dio importancia. Se acostó en la cama en la creencia de que si dormía un poco el dolor cesaría. Pero no fue así.
                      Los dolores fueron cada vez a más. De pronto, Nicole sintió cómo un líquido espeso corría por sus piernas. Asustada, la joven juntó las piernas con fuerza. Algo va mal, pensó con terror. Le pasa algo malo a mi bebé. ¿Y si lo perdía? En aquel momento, entró la criada. Portaba la cena en una bandeja. Vio a Nicole muy pálida y acostada en la cama. Y vio también sangre manchando el colchón.
                     La criada fue corriendo a avisar a tía Phoebe. Ésta ordenó a un criado que fuera a buscar al médico.
                       Nicole estaba sumida en la oscuridad.
                      No sentía ya el dolor. Ya no sentía la sangre corriendo por sus piernas. Lo único que sentía era una terrible sensación de pérdida. Un gran vacío dentro de ella...
-Lo siento mucho-oyó decir al médico-Ha perdido al bebé.
                      Nicole estaba semi inconsciente. Le oyó a la perfección. Y deseó no haberle escuchado. Sentía que algo en su interior había muerto junto con su hijito.


 

5 comentarios:

  1. Bueno, no te preocupes por el retraso, yo ni me di cuenta, porque estoy un poco pachucha, aproveché ahora para venir a leer unos cuantos blogs, como siempre... Magnífica. Un besazo.

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    1. Hola Tamara.
      Lo primero que tienes que hacer es ponerte buena cuanto antes. Cuídate mucho.
      Me alegro muchísimo de que te pases por aquí y me alegra aún más saber que te gusta esta novela.
      Un fuerte abrazo, Tamara.

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  2. Uy pobre Nicole, me ha dado una gran pena loq ue le paso. Sigue con está historia es una de mis preferidas

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    1. Hola Citu.
      La historia de Nicole es bastante trágica. De ahí que su espíritu esté tan atormentado.
      Me alegro muchísimo de que te esté gustando. ¡Aún falta lo mejor!
      Un fuerte abrazo, Citu.

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  3. Aaww pobre Nicole. Teniendo que afrentar dos situaciones de esta magnitud. Ahora perder su bebe? Que pensara hacer después que se reponga. Me gusto machísimo.
    Un beso.

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