lunes, 19 de mayo de 2014

ENFERMEDADES VENÉREAS EN LA NOVELA ROMÁNTICA

Hola a todos.
El tema del que quiero hablaros no es ningún tópico de novela romántica. Es más, creo que que rara vez se menciona en una novela romántica.
Podría decirse que es inexistente.
Me refiero a las enfermedades venéreas.
Ser libertino en una novela romántica no supone problema alguno. Sabes que se va a reformar en cuanto conozca a la joven de carácter independiente, pero virgen, de la que se va a enamorar.
No tiene ningún hijo ilegítimo, algo rarísimo, ya que se ha acostado con tantísimas mujeres que debería de tener unos cuantos. ¡Pero no ha embarazado a ninguna! Si hay por ahí un niño que esté bajo cuidado, será su protegido por ser el hijo de su mejor amigo muerto o porque es un niño de la calle que ha adoptado como hijo suyo. Nunca será hijo suyo. Si, por un casual, una de sus amantes queda embarazada, no pasa nada. Ya se encargará la autora de hacer un triple salto mortal para que ese niño no sea suyo.
Y lo mismo pasa con las enfermedades venéreas.
El sida no existía en el siglo XIX, pero sí existían otras enfermedades de transmisión sexual.
En la novela romántica contemporánea, todos los personajes toman conciencia, no sólo de los embarazos no deseados, sino también de esta clase de enfermedades y utilizan métodos para no lamentarse después. La píldora evita embarazos, pero no previene esta clase de enfermedades.
La clamidia es una de ellas y es la más frecuente.
El herpes es otra de ellas.
Las más conocidas son las cándidas, la gonorrea y la sífilis.
La gonorrea es la más antigua de las enfermedades de transmisión sexual conocidas. Los egipcios empezaron a sufrir sus estragos. En los hombres, sus síntomas pasan por sentir un fuerte escozor al orinar. En las mujeres, aumentan las ganas de orinar y se experimentan también molestias. No es una enfermedad mortal, pero sí puede traer consigo terribles consecuencias, ya que puede ocasionar esterilidad en tanto en el hombre como en la mujer.
La más terrible de ellas es la sífilis. Está dividida en tres etapas. En la primera, se puede producir el contagio si se mantiene relaciones sexuales con una persona que está inoculando la enfermedad. En la segunda etapa, aparecen los síntomas. Se empiezan por una serie de ronchas de color rosado que se extienden por el pecho, la cara y la espalda. Se tiene fiebre muy alta y naúseas. En la tercera etapa, si no se pone un tratamiento, se ataca al sistema nervioso.
Isak Dinesen, seudónimo de la escritora danesa Karen Blixen, la célebre autora de Memorias de África, fue contagiada de esta enfermedad por su marido, el cual, previamente, había tenido relaciones con una mujer en la fase de inoculación. Tuvo que abandonar África para regresar a su Dinamarca natal para ser tratada con arsénico de esta enfermedad. En la película basada en la biografía de la gran escritora, se nos cuenta que, de no tener éxito el tratamiento, Karen podría volverse loca.
En las novelas románticas, el protagonista ha pasado por miles de camas de mujeres con mucha experiencia.
No hablo ya de que una de esas mujeres se quede embarazada (lo cual sería bastante probable), sino de que pueda coger una enfermedad.
En las novelas románticas, la amante de turno está teniendo otra relación paralela con el galán.
¿Cómo es posible que las enfermedades venéreas ni siquiera se mencionen en las novelas románticas?
El héroe afirma que utiliza métodos de protección como la marcha atrás (no dice la marcha atrás precisamente) o utiliza preservativos. Los preservativos son muy buenos a la hora de prevenir tanto enfermedades venéreas y embarazos no deseados. Sin embargo, no son infalibles.
Los preservativos, si no se colocan bien o se rompen, pueden ocasionar todo aquello que se quiere evitar.
Entiendo que los protagonistas son unos suertudos en el juego, porque siempre ganan. No tienen problemas económicos, aunque estén derrochando el dinero en sus amantes y en juergas. Pero, ¿también tienen suerte con los preservativos? Antes, eran peores que ahora. ¿Cómo es posible que ninguno embarace a sus amantes? ¿O que no sufran ninguna de esas terribles enfermedades?
Son cosas en las que pienso cuando reflexiono acerca de las novelas románticas.
Entiendo que un héroe enfermo no llama la atención. Pero, ¿y un héroe recuperado? Le daría más credibilidad a la historia. Se le vería con buenos ojos porque demuestra fortaleza a la hora de recuperarse. El cambio sería más creíble, ya que ha visto al lobo muy de cerca, como se suele decir.
Siempre es bueno analizar con cierto sentido crítico las historias que leemos.

 Un retrato de Isak Dinesen.

Si existe algún héroe de novela romántica que haya estado enfermo de una de las enfermedades anteriormente mencionadas, me gustaría saberlo.
Porque es que, si va en grupo con otros libertinos, ni siquiera ninguno de éstos enferma.

4 comentarios:

  1. Hola Laura, una análisis muy interesante. La verdad es que es un dato del que nunca me he parado a pensar y que tras leer tu artículo me doy cuenta de que es una verdad como un tempo, así que tomaré nota por si me hace falta el dato en un futuro!

    Besos!!!!

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  2. Tienes mucha razón :) Además, creo que Memorias de África es una historia maravillosamente romántica :)
    Besos

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  3. Uy si es cierto, pero debe ser por la temática, mujer la literatura romántica a pesar de que ha dado grandes paso aún es ligera. Otra cosa es la narrativa , te mando un beso y te me cuidas .

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  4. Pues la verdad es que tienes razon, nunca me he parado a pensar en ello y no recuerdo ninguna novela que salgan algo de lo que nos has explicado. A lo mejor es que tampoco lo requiere el tema de la historia ejejej
    unos besotessssssssssssssss

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