martes, 28 de abril de 2015

GRANDES TÓPICOS DE LA NOVELA ROMÁNTICA: LA HERMANA DE ELLA

Hola a todos. 
Hacía mucho tiempo que no hacía una entrada en ninguno de mis blogs dedicada a los tópicos que podemos encontrar en las novelas románticas. 
En la inmensa mayoría de las novelas románticas, ya sean actuales o de época, ella es huérfana. Cuando tiene familia, por lo general, es para salir corriendo. Sin embargo, hay veces en las que la protagonista tiene una hermana. Y su relación con la hermana puede ser bastante conflictiva. 
Si es una hermana mayor, la relación entre ambas podría ser tirante. La hermana mayor no aprueba la manera de actuar de la protagonista. Piensa que es un tanto marimacho (si le gusta pasear por el bosque, ya que casi siempre vive en el campo). O piensa que está desperdiciando su vida (si el matrimonio no entra en sus planes). Se quieren, pero no se llevan del todo bien. 
La hermana mayor está casada. Y es muy probable que tenga hijos. En ocasiones, los niños parecen adorar más a la tía que a la madre. Siempre he tenido esa sensación. 
Es posible que la hermana mayor sienta celos de la hermana menor. Y todo porque cree que su marido la mira con lascivia. 
Tenemos algunos ejemplos en las novelas de Virginia Henley. En Un año y un día, Jane, la protagonista, no se lleva nada bien con sus hermanas mayores, Kate y Mary. Pese a que las tres son nietas de Megotta, la abuela decide enseñar todos sus conocimientos a Jane. No me gusta cuando se hacen distinciones entre los miembros de una familia. Me dio la sensación de que Jane, a pesar de todo, no estaba unida ni a su padre ni a sus hermanas. El único que le importaba era su hermano Keith. 
En El Halcón y la Paloma, Sara, la protagonista, es la tercera de cinco hermanas. Y se lleva a matar con las otras cuatro. Mi sensación es que los pretendientes y los maridos de las otra cuatro estaban enamorados de Sara. Y se habían casado con las hermanas para estar con ella. 
Ahí eso me pareció muy exagerado. Demasiado exagerado...
Eso ocurre cuando hay hermanas mayores. No obstante, hay veces en las que las hermanas mayores son para las protagonistas su principal apoyo. 
Son sus mayores aliadas. Sus confidentes...Aquellas a las que recurren cuando tienen un problema. Incluso, pueden hacer de intermediaria entre el protagonista y ella. Les da consejos a ambos. 
Luego están las otras hermanas. Las hermanas menores...
Si la hermana menor es rubia, la protagonista será pelirroja. Para la protagonista, la hermana menor será el colmo de la belleza. 
Será todo un dechado de virtudes, mientras que ella se sentirá infravalorada. Naturalmente, la autora no dirá que está verde de envidia. Dirá que le gustaría ser como lo es su hermana. Si la hermana menor es buena, será inocente y cándida. Todo lo que no es nuestra protagonista, impulsiva y alocada. Naturalmente, la protagonista poseerá una belleza fuera de lo común. 
Y captará la atención del galán aristocrático de turno. Es probable que la hermana menor no se case. 
O, si se promete en matrimonio, será con alguien sacado de última hora. Nunca estará emparentado con la aristocracia. A lo sumo, será el segundo hijo de algún barón. 
Si la hermana menor es mala, la autora dirá abiertamente que siente envidia de su hermana mayor por su belleza indómita. Y tratará de amargarle la vida por todos los medios. 
Se vuelve a hacer distinción. Los padres, por algún motivo, preferirán a esta hija. En cambio, tratarán mal a la otra hija. ¿Por qué lo hacen? ¿No se supone que los padres quieren a sus hijos por igual? Misterios de la novela romántica...
El caso es que la hija menor pondrá en algún apuro a la protagonista. Y aparecerá el rico y aristocrático galán para salvarla. 
Naturalmente, para la hermana menor de la heroína hay dos finales posibles. O se redime. O se casa con algún miserable que le hace la vida a cuadros. 
En el caso anterior, cuando la hermana menor es buena, su papel en la novela es irrelevante. ¿Os acordáis de Edwina, hermana de Kate en El vizconde que me amó? ¿Cuál era su papel en la novela? Prácticamente, hacía de comparsa de Kate. Y me pareció una pena. 
Honestamente, me cayó mejor Edwina que Kate. Edwina no hacía alarde alguno ni de su belleza ni de su manera de ser. Y Kate parecía, a mi entender, un cartelito luminoso. Hubiese preferido que Anthony se enamorada de Edwina. 
O haber sabido más de ella. Lo último que se supo, sin entrar en muchos spoilers, era que se había enamorado de un segundón. Y que quería casarse con él. 
Edwina no aparece en ninguno de los libros siguientes. Otras veces, la hermana, tanto si es mayor como si es menor, no ocupa ningún papel relevante en la trama. La autora la menciona unas pocas veces. 
Es probable que viva en otro país. Y que la protagonista le escriba. Pero nada más...
En El pretendiente perfecto, Fleur, la protagonista, es la segunda hija de cinco hermanas. Pero el padre la envía a ella a Londres, donde, naturalmente, se enamora del aristócrata de turno. 
En otras novelas, la hermana menor es un ser débil y desvalido. Y le toca a la protagonista, de carácter más enérgico, sacrificarse por ella. 
¿Cómo lo hace? Buscando la ayuda de algún aristócrata rico y fuerte. Del que, naturalmente, se enamora. En muchos casos, la hermana, que era el principal motivo por el cual la protagonista actúa así, pasa a un segundo plano. 
Las otras hermanas no ocupan mucho peso en la historia y Fleur sólo se cartea con dos de ellas. ¿Dónde estaban las otras? 
Y aquí termina mi reflexión sobre este tópico de la novela romántica. Uno puede llegar a la conclusión de que es mejor ser hijo único cuando se trata de novela romántica. Hay más tópicos que quiero seguir analizando. 
De momento, voy recobrando poco a poco el ritmo de los blogs. Me siento de mejor ánimo. 
¡Ojala la cosa siga así! 

 Portada de La promesa de un beso. Es un libro un tanto controvertido. Si habéis leído los libros que vienen después, entenderéis el porqué. La protagonista, Helena, tiene una hermana menor, Ariele, que ha sido secuestrada. Gran parte de la novela gira alrededor del rescate de Ariele. Personalmente, vi más fuerte a Ariele que a Helena. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario