viernes, 5 de junio de 2015

LOS AMORES PERDIDOS

Hola a todos.
No sé si os acordaréis de un cuento que publiqué hace algún tiempo en este blog. Se llamaba Volverte a ver. A pesar de ser una historia muy cortita, he de reconocer que ha sido la que más me ha llenado.
Contaba la historia de una pareja de enamorados que se veía forzada a separarse al ser él llamado para pelear en Cuba durante la guerra. Es una historia que, por desgracia, se sigue repitiendo a fecha de hoy. Matrimonios y parejas de enamorados se ven obligados a separarse por culpa de la guerra. Es una de las peores separaciones que hay.
Pasan los días. Puede que tardes algún tiempo en recibir una carta de tu marido. De tu novio...
Hay que ponerse en la situación de esas mujeres que se quedan en casa esperando. De esos hombres que están combatiendo. Aunque en los últimos tiempos ocurre al revés. Son ellas las que salen a luchar. Y ellos son los que se quedan en casa esperando.
Pero la situación es la misma.
Se vive con el mismo miedo. Con la misma incertidumbre...¿Cuándo tendré noticias suyas? ¿Cuándo volverá a casa?
Volverte a ver tenía un final feliz. El protagonista volvía a casa. Se reencontraba con su amada, que lo había esperado pacientemente. Hablaban de casarse.
Por desgracia, en la vida real, esas cosas no siempre ocurren. Quién se ha ido no siempre regresa a casa. Es una situación terrible que se ha repetido a lo largo de los siglos.
Siempre han habido guerras. Siempre ha habido quién se ha quedado en casa esperando. Rezando y sufriendo.
Mientras, ha habido quién ha tenido que partir para el frente. La guerra separa familias. Destroza a los enamorados.
El que se ha ido puede regresar. Pero, ¿y si no regresa nunca? Antes, no quedaba ni el consuelo de ir a llorar a su tumba.
Lo enterraban en una fosa común. En la actualidad, los cadáveres son repatriados en un elevado %. Pero eso no es consuelo.
Esa persona no va a regresar. Deja a alguien que lo amó con todo su ser destrozado. Se puede salir adelante. Pero no se puede olvidar que una guerra ha roto una unión. Ha roto una pareja.
Desgraciadamente, esta situación parece estar condenada a repetirse eternamente si los humanos seguimos matándonos entre nosotros. Por mucho que se hable en contra de las guerras, éstas siguen. Y son cada vez más destructivas. Más letales...El sufrimiento de las personas importa un ardite. Se trata de pura maldad. Los que sufren las guerras son las víctimas más inocentes de todas.

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