jueves, 29 de octubre de 2015

SILENCIO

Hola a todos.
Me he animado a terminar este relato que tenía abandonado.
Lo que me ha salido ha sido un relato más bien cortito, pero tiene un gran componente romántico. Y es de época, por supuesto.
Se titula Silencio. 
Deseo de corazón que os guste.

SILENCIO

ISLA DE FIDDLER, EN EL RÍO TÁMESIS, A SU PASO POR OXFORD, 1800

                              Mis padres, en lugar de contratar una institutriz para que me educara, contrataron a un preceptor. 
                              Estoy a punto de cumplir dieciocho años. He de viajar a Londres en unas semanas, cuando pasen las Navidades, ya que voy a tener mi puesta de largo. Dejaré de verle. Y eso me destroza el corazón. 
                             No quiero irme de aquí. 
                             Pero todo el mundo me recuerda que soy una dama. Y que debo de comportarme como se espera de mí. 
                              Me ha inculcado todo el amor que le profesa a los libros. 
                              Lo que más me aterra es que dejaré de verle. Ya no podré escuchar su voz ronca y profunda mientras me da lecciones de Historia. Ya no volveré a ver su figura alta y esbelta entrando en la biblioteca, donde recibo mis lecciones. 
-La noto distraída, milady-me ha comentado esta mañana-¿En qué piensa?
-Estaba pensando en mi puesta de largo-le respondo. 
                             Estoy mintiendo. 
-Debe de estar muy contenta-afirma-Va a dar un paso muy importante. 
-Tiene razón-asiento. 
                             Mi padre es un baronet. Sin embargo, es un hombre muy rico. Me ha comentado mi doncella que mi dote es bastante elevada. De mi preceptor sé que viene de una familia más bien pobre. Su padre es un sencillo campesino. Es el mayor de cinco hermanos. Tiene dos hermanos y dos hermanas. Se nota que les echa de menos. 
                            Es el único de la familia que ha podido estudiar. Ha estudiado en Eton, nada menos. 
                            Yo era una adolescente cuando entró a trabajar en mi casa dándome clases. Mi institutriz había muerto tras una larga y penosa enfermedad. Era una mujer agradable, pero solía decir que una dama no debía de leer. 
                              Yo lo creí hasta que le conocí a él. Empecé a leer todos los libros que mi padre tiene en la biblioteca. 
                             No sé en qué momento empecé a enamorarme de él. Sólo soy consciente de que él está en mis sueños. Quiero irme a la cama pronto para poder soñar con él. 
                          Mi corazón late a gran velocidad cuando estoy a su lado. En ocasiones, cuando me está dando clases de Matemáticas, se confunde. 
-Ahora, es usted el que está distraído-le sonrío. 
-No es nada-me asegura. 
-No me mienta, profesor. 
                            Él me sonríe. ¡Tiene una sonrisa tan deslumbrante! 
                            Me es imposible no amarle. Siempre está alegre. Es amable con todo el mundo. Se ha hecho amigo de mi padre. Se ha hecho amigo de todos los criados que tenemos. Adora vivir en esta isla. Me lo cuenta mientras damos un paseo por la isla. 
-No me gusta nada el barullo que hay en Londres-me explica-Hay demasiada gente allí. 
                           Nunca he estado en Londres. Me han hablado de esa ciudad. Algunas de mis amigas han tenido ya su puesta de largo. Otras de mis amigas han estado en Bath. Nunca he estado en Bath. 
                            Me cuentan maravillas sobre las dos ciudades. Sin embargo, no estoy entusiasmada con mi puesta de largo. 
                           Mi madre ha encargado un vestuario nuevo para mí. Dentro de unos días, recibiré los nuevos vestidos que ha cosido para mí una conocida modista de Oxford. 
                           Yo sufro al pensar en que no volveré a ver a mi preceptor. No quiero llorar. Como sin ganas. Sólo quiero estar con él. 
                            Una tarde, alza su mano para acariciar mi mejilla porque, según él, me ve triste. 
                            Un agradable escalofrío recorre mi columna vertebral. 


-Lo siento-se excusa. 
-No ha pasado nada-le aseguro. 
-No piense mal de mí, milady. Sólo quería darle ánimos. No se enfade conmigo. ¡Se lo ruego!
-No estoy enfadada con usted, profesor. Sigo teniéndole en muy alta estima. Es usted un excelente profesor. Y estoy convencida de que va a llegar muy lejos, si se lo propone. 
                             Me doy cuenta de que estoy temblando. Pero él también está temblando. Me percato de que está más delgado. 
                             Estamos en el jardín. 
-Usted se casará con un aristócrata rico-me augura-Y tendrá muchos hijos con él. 
-No quiero casarme con alguien así-le confieso-No quiero convertirme en una cornuda. 
                            Me animo y le doy un beso en la mejilla. 
                            Veo cómo se pone rojo. 
                            Su corazón late a gran velocidad. Puedo escuchar los latidos de su corazón. 
                            Él me besa en la frente. 
                            Veo profundas sombras alrededor de sus ojos. 
-Milady...-balbucea-Yo...
                            Tengo la sensación de que me quiere contar algo. Pero no se atreve. 
                            Los criados hablan del extraño comportamiento de mi preceptor. Es verdad que acude a la taberna que hay en la isla todas las noches. Vuelve a casa completamente borracho. 
                            Los criados hablan de que podría padecer mal de amores. Yo no quiero pensar que el hombre que amo pueda estar con otras mujeres. El sólo pensar en eso me destroza el corazón. 
                            Mamá, mientras, sigue hablándome de los hombres que conoceré en Londres. 
                            Mi amor por mi preceptor debe de seguir siendo un secreto. No debe de saber lo que siento por él. He de olvidarle. 
                           Además, es posible que haya otra mujer en su vida. Me pregunto quién será ella. 
                           Me imagino cómo es. Debe de ser una de las criadas. Debe de ser una mujer casada que viva en la isla. 
                           Debe de ser una joven soltera que viva en la isla. Es una mujer que le ha robado el sueño. No debe de corresponder al amor que siente por ella. Su mirada es vidriosa cuando se posa en mí mientras paseamos. Su voz tiembla cuando me da las lecciones. Siento un odio terrible hacia esa mujer. Le ha robado el corazón. ¡Y ni siquiera es consciente de lo maravilloso que es! 
                          He intentado hablar con él en varias ocasiones acerca de esa mujer. Pero él no quiere contarme nada. Se encierra en un silencio similar al que yo vivo. 
                           Odio el silencio. Cuando estoy con mis padres, apenas hablamos. Ni siquiera hablan entre ellos. 
                           Los días pasan. Yo sigo con mis lecciones con él por las mañanas. Por las tardes, voy a visitar a alguna amiga. O alguna de mis amigas viene a verme a mi casa. O estoy cosiendo mi ajuar de boda. 
                          Pero él está viviendo en esta casa. Dice el ama de llaves que le ha oído llorar. 
                          Siento el deseo de echarme a llorar. Sé que su llanto es por esa maldita mujer. Me dan ganas de matarla. ¡Pero no sé quién es! 
                         ¿Es normal odiar tanto a alguien que no he visto nunca? No sé cómo se llama. No sé dónde vive. No sé el porqué sufro tanto. 
                         Porque le veo a él sufrir. 


-Profesor...-le abordo una tarde. 
-La noto muy distraída en la lección de Geografía-me regaña suavemente. 
-No soy yo la que está distraída. Es usted. 
-¿Y qué me pasa a mí?
-Los criados hablan. Les he oído decir que usted padece mal de amores. ¿Puedo averiguar quién es ella? 
-¡No! ¡No puede saberlo! 
                       Le cojo la mano. Siento cómo él me aprieta con suavidad mis dedos. 
-¿La conozco?-le pregunto. 
                        Clava sus ojos inyectados en sangre en mis ojos. Su mirada refleja el tormento por el que está pasando. 
                        Aprieta con más fuerza mis dedos y me hace daño, pero pienso que puede hallar cierto consuelo ese gesto. 
                         Empieza a hablar. Me dice que yo soy su alumna. Que estoy a punto de entrar en sociedad. Que puedo hacer una buena boda.
                         Le interrumpo dándole un beso en la mejilla.
-¡Yo no quiero nada de eso!-le confieso y mi voz sale como un grito desgarrador de mi garganta.
-¡No puede estar hablando en serio, milady!-exclama y su voz sale igual de desgarradora.
                        Acuna mi rostro entre sus manos.
                        Está temblando. Sólo en ese momento soy consciente de que mi amor es correspondido. La mujer por la que mi preceptor está sufriendo soy yo. Está enamorado de mí. Y yo...¡Yo estoy enamorada de él!
                         ¿Qué va a ser de nosotros? Es una pregunta que me ronda la mente.
                          Entonces, sus labios se posan sobre los míos y me roba mi primer beso de amor.
                          Esta noche, los dos yacemos desnudos a la orilla del río Támesis. Sobre la hierba...Nos hemos encontrado a escondidas. Nadie sabe que he salido de casa a medianoche. Le he visto. Nos pertenecemos el uno al otro.
                          Nos hemos fundido en un apasionado beso nada más vernos.
                          ¡Es una locura!
                          Ya desnudos, volvemos a besarnos con más ardor. Besa mi cuello con deleite. Chupa mis pezones con sensualidad.
                           Despierta en mí sensaciones desconocidas. Placer...Deseo...
                           Mi cabeza reposa sobre su hombro mientras me dice que piensa venir mañana por la tarde. Quiere hablar con mi padre. Quiere explicarle lo que hay entre nosotros.
-Quiero que nos casemos-afirma con determinación-Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado.
                           Mi corazón estalla de júbilo mientras él recorre con los labios cada centímetro de mi piel. Muerde. Lame. Chupa. Besa. Acaricia con la lengua.
                           Le siento, finalmente, mío. Y yo soy suya.

FIN

lunes, 26 de octubre de 2015

RETO HALLOWEEN: "UN ALMA ATORMENTADA"

Hola a todos.
Sé que hace días que prometí que iba a subir el relato para el reto de Halloween que organiza el blog "Acompáñame". Pero se me atascaba el relato y no podía subirlo.
Finalmente, revisando entre mis viejos relatos sin terminar, hice lo mismo que hice el año pasado con El fantasma del toro. Aprovechar el reto para terminar un relato que ya iba tocando.
Aquí os dejo con el relato con el que participo en el reto. Espero que os guste.

UN ALMA ATORMENTADA

                                   Han pasado unos cuantos años desde mi muerte. Estamos en el Año de Nuestro Señor 1812.
                                   Lady Patricia Peyton ha oído hablar mucho sobre mí. Es la hija de un baronet.
                                  Mi nombre es Belinda. Mi vida no ha sido nada fácil. Perdí a mis padres cuando era muy pequeña. Luego, pasé al cuidado de un amigo de mi padre.
                                  Mi familia era más bien pobre. El amigo de mi padre era un hombre rico. Cuando llegué a la adolescencia, entré a trabajar como criada en su casa. No se preocupó de enviarme a un internado. No sé leer. No sé escribir.
                                  Ningún miembro de mi familia quiso ocuparse de mí. Aquel hombre me trataba con sumo desdén hasta que crecí.
                                  Pero tuvo que violarme. Entró una mañana en la cocina mientras yo estaba preparando el desayuno y empezó a besarme a la fuerza. Juro que intenté defenderme. Que le arañé. Pero él empezó a pegarme. Nunca antes he estado tan asustada. Me volví loca cuando me di cuenta de lo que me había hecho. Estaba sangrando mucho y me dolía todo el cuerpo.
                               Lo peor vino cuando supe que iba a tener un hijo de aquel malnacido.
                               Morí cuando traje a mi pequeño al mundo. Lo último que escuché fue su llanto cuando nació. Fue un parto terrible. Yo me había ido de la casa de aquel miserable. Ni siquiera llegó a saber que iba a tener un hijo fruto de la violación de la que fui víctima por su parte. Tenía diecisiete años en el momento de mi muerte.
                                Mi hijo tiene la misma edad que yo tenía en el momento de mi muerte. Fue a parar a un orfanato. De allí, ha empezado a trabajar en la casa de los Peyton. Esta casa solariega se encuentra en Cripley Meadow. Lady Patricia es menor que él un año.
                              Desde donde estoy, puedo ver perfectamente lo que está pasando. Sé que le pusieron en el orfanato el nombre de Nathaniel Duncan. Se parece mucho a mi padre. Y lady Patricia...¡Me recuerda tanto a mi madre! Lady Patricia es una damita encantadora.
                             Ella no puede verme. Su doncella le ha contado historias acerca de una extraña dama que se pasea de noche por el sótano. Una mujer que parece velar el sueño del joven Nathaniel Duncan.
-A lo mejor, es su ángel de la guarda-comenta Patricia, mientras su doncella cepilla su largo cabello.
-A mí me da miedo esa mujer, milady-insiste la doncella-Tiene los ojos de color rojo fuego.
                             Me han visto varios criados de los Peyton. Soy una sombra que recorre el sótano con sigilo. Puedo hacerle la vida imposible a todo aquel se meta con mi pequeño Nathaniel.
                             Pero él ya no es mi pequeño. Ha crecido mucho.
                             Soy casi invisible para los miembros de la servidumbre. Intento que él sienta mi presencia protectora. Pero parece que tiene miedo de mí.
                             Hay quién dice que me oye gritar por las noches. Pero grito de pura desesperación por lo que estoy viendo.
                              No puedo quitarme de la cabeza la imagen de Nathaniel con Patricia. ¿Cómo no me di cuenta de lo que estaba pasando?
                              No pude hacer nada cuando, hace unas noches, Nathaniel se coló en la habitación de lady Patricia.
                              Ella no tardó mucho tiempo en ponerse de pie.
                              Se acercó a él y comenzaron a besarse con tanta pasión que me quedé paralizada.
                              Los espíritus oyen. Y ven.
                              Mientras se besaban con ardor, comenzaron a desnudarse el uno a la otra.
                              Yo no sé lo que es la pasión, pero Patricia ha sido la que ha despertado una pasión intensa en Nathaniel. Él no podía dejar de besar el cuello de la hija del baronet mientras caían sobre la cama.
                               ¿Qué pude hacer yo en aquel momento? Me han dicho que parezco un ánima en pena. Dicen que mi vestido está manchado de sangre. Debí de haber hecho algo para separarles. Pero no pude hacer nada.
                              Todo lo que hicieron aquella noche no lo pude hacer yo. Patricia le entregó su virginidad con alegría a mi hijo.
                             Vi las manos de la joven hija del baronet acariciando la espalda de mi querido Nathaniel.
                              Me oyeron gritar fuera.
                             Lo que más me dolió fue la forma en la que se miraron. Nadie sabe que el uno es dueño del corazón del otro. Se han enamorado y nadie lo ha visto.
                             Patricia tiene mucha confianza con su doncella. Confianza que nace de años de peinarla. De ayudarla a vestirse. Confianza que nace de la inexperiencia de Patricia.
                             Pero sabe que no puede contarle a nadie lo que yo sé. Mi hijo acabaría en la calle y sólo Dios sabía lo que le harían a ella. O lo que el baronet le haría a mi pequeño Nathaniel.
                              La cocina acabó hecha un desastre. Mi rabia fue tal que empecé a romper todo lo que encontré a mi paso.
                              No soy violenta. Uno de los encargados del orfanato donde Nathaniel se crió osó darle un bofetón porque no supo responder correctamente a una pregunta. Nadie le hace daño a mi hijo. Al día siguiente, aquel hijo de perra acabó tirándose desde la ventana del último piso del orfanato. Murió desnucado al caer al jardín.
                           El hijo de perra que me violó también tuvo un mal final. Le ayudé a morir ahogado en el río Támesis.
                           Pero no puedo hacerle daño a Patricia. ¡A ella no! Nathaniel la ama. Él no sabe la verdad sobre sus orígenes.
                         No me he atrevido nunca a aparecerme ante él y contárselo todo.
                         Los vi besándose con pasión y con ternura a la vez de manera larga e intensa.
                         Ambos temblaban de manera violenta. Les oí susurrarse palabras llenas de amor. Se hicieron muchas promesas.
                         Les oí jadear y los recuerdos de aquella aciaga mañana acudieron a mi mente. Pero no se trataba de la misma situación.
                         Presencié cómo Nathaniel besaba una y otra vez con deleite los pechos de Patricia. Cómo ella se retorcía de gozo mientras él lamía sus pezones.
                         La vi al día siguiente en el jardín. Traté de acercarme a ella, pero fue su madre la que me vio. La cara que puso la dama al verme fue de puro terror. Mis ojos parecían querer fulminar a aquella mujer que no tenía la culpa de nada. Empezó a gritar de puro terror. Yo necesitaba desquitarme con alguien.
                        Necesitaba olvidar de mi memoria la imagen de las piernas de Patricia rodeando las caderas de mi hijo.
                         Estuvo mal lo que hicieron.
                        Él se perdió en la humedad del cuerpo de la hija del baronet. Olvidó lo que era correcto.
                         Los dos se convirtieron en un animal de cuerpo extraño. Un animal que nació de la unión de sus cuerpos.
                        Se movía con ferocidad por aquella enorme cama adoselada. Sus gritos aún resuenan en mis oídos.
                        Nathaniel bajó al sótano por la mañana. Yo estaba esperándole sentada en su estrecho jergón.
                        Una lavandera ya se había despertado. Se puso pálida al observarme. Durante unos instantes, pensé que iba a ponerse a gritar.
                        No lo hizo. En su lugar, cayó desmayada sobre su estrecho jergón.
                        El ama de llaves estaba despierta. Se nota que ha pasado mala noche.
-¿Dónde has estado?-le preguntó a Nathaniel, nada más verle-No has bajado al sótano en toda la noche.
-He estado dando un paseo-respondió él, mintiéndole.
-¿Adónde has ido?
-Ya le he dicho que he estado dando un paseo.
                       Eran mentira. Yo quería gritárselo. Pero no podía hablar.
                       Nathaniel yace todas las noches en los brazos de lady Patricia.
                       Esta noche, ella ha bajado al sótano y él la estaba esperando desnudo. La ha desnudado y su cuerpo se estremecía al verla.
                       Es una joven realmente bella. Nathaniel no sabe lo que está haciendo. Vienen de mundos distintos. Su relación no tiene futuro.
                       Patricia se ha entregado a él sin reservas.
                       Lo que hacen no es la brutalidad que cometió mi protector contra mí. Se trata de verdadero amor. De algo que yo jamás he experimentado.
                        Doy un portazo cuando están juntos.
                       Me atormenta saber que mi hijo piensa en el hermoso rostro de lady Patricia mientras realiza los recados. Debería de buscarse una esposa de su misma posición.
                       He roto varios jarrones. El baronet cree que la casa está embrujada. Habla de ir a ver al sacerdote de la zona. Quiere limpiar la casa de fantasmas. Quiere echarme de aquí. No se lo pondré tan fácil. Mi hijo vive en el sótano de esta casa. Trabaja para él.
-¿Es verdad que hay fantasmas?-le pregunta Patricia a su madre cuando entra en su gabinete.
-No lo sé, cariño-responde la dama-Mis nervios están a flor de piel. ¿Dónde están mis sales?
-La doncella ha ido a buscarlas.
-No duermo por las noches. Veo a una joven que lleva puesto un vestido manchado de sangre.
                       Se roban besos Nathaniel y Patricia en el hueco de la escalera.
                       Nadie los ve.
                       Se abrazan detrás de los árboles del jardín.
                       Él besa los pechos de Patricia cuando se cuela en su habitación.
                       Esta noche, ella ha acariciado con sus manos el cuerpo de mi hijo en toda su extensión. Ha llenado de besos su torso. Ha mordisqueado sus tetillas. He visto cómo su lengua recorría su vientre. Y se perdía. Se perdía entre sus piernas.
                     Los recuerdos de lo que me hicieron golpean mi memoria. No quiero seguir mirando.
                     No quiero ver a mi hijo besando el vientre de lady Patricia. No quiero ver cómo besa su cuello con deleite. Cómo lame sus pechos.
                       Es demasiado doloroso para mí. Porque este amor está condenado.
                     Me oyen los criados gritar. Saben que hay un espíritu viviendo en la casa solariega del baronet. Pero no saben de mi secreta desgracia.

FIN
                             

domingo, 25 de octubre de 2015

LO QUE ESCRIBIMOS

Hola a todos.
En la novela romántica, existen distintos tipos de subgéneros. Es lo que hace de ella un género maravilloso. Podemos encontrar de todo. Y para todos los gustos...
Siempre me ha gustado la novela romántica de época. Es algo que nunca he negado. Todos mis relatos transcurren en tiempos lejanos. He intentado escribir algo más actual. Pero no puedo. La Historia me fascina. Es como viajar en el tiempo.
No todas las novelas románticas son iguales. Aunque puedan contar la misma historia una y otra vez.
Es posible que pequen de tópicos que están muy vistos. Tenemos a la heroína virginal aunque haya estado casada más veces que Elizabeth Taylor. Sólo perderá la virginidad con el galán de turno. Tenemos al aristócrata duque/conde/marqués/vizconde que se ha acostado con toda la población femenina de Inglaterra. Tenemos a los secundarios interesantes, pero que parecen no tener vida propia.
Sí, podemos criticar algunas cosas. Como, por ejemplo, que el galán se haya acostado con miles de mujeres y no tenga hijos bastardos. O no haya cogido una enfermedad venérea. Pero, por algún motivo, nos gusta leer esas novelas. Tienen todas el mismo final. Un final feliz...
Queremos tener nosotras también nuestro final feliz. Tener esperanza en que hay alguien esperándonos. Que se enamore de nosotras.
Existe el tópico del chico malo que cambia por amor. En la vida real, se han visto demasiados casos en los que el chico malo no cambia. Va a peor.
Pero la fantasía es libre. La imaginación es libre. Las Musas nos dicen al oído lo que debemos de escribir.
No hacemos caso a lo que dicten las modas.
Las Musas mandan. Las Musas son las que toman las decisiones por nosotros. Son seres caprichosos. Nunca están cuando se las necesita. Y aparecen con ímpetu cuando menos las esperamos. Son ellas las que nos dictan lo que debemos de escribir.
En realidad, las novelas románticas son distintas entre sí. María Teresa Sesé y Corín Tellado escribían novelas románticas.
Sin embargo, su forma de contar esas historias eran distintas. Puedes leer una novela de María Teresa Sesé y una novela de Corín Tellado. Parece la misma novela. Pero las lees y son distintas.
Cada escritora tiene una forma única de escribir. No podemos ir copiando a los demás.
La novela romántica existe desde hace muchísimos siglos. Antes, se las llamaba novelas sentimentales. Pienso que son novelas que hacen mucho bien a la gente. El amor tiene que ser el motor que mueve el mundo.

Resultado de imagen de Novelas románticas antiguas

Todos tenemos una fantasía. Fantaseamos con hacer cambiar a un hombre. Que él sea del modo que nosotras queremos que sea. Eso es imposible. Las personas no cambian de golpe y porrazo. Tienen un proceso lento de transformación. Si es que llegan a cambiar de verdad.
Tenemos novelas de suspense romántico. En algunos casos, se da la misma prioridad a la trama de suspense y a la trama amorosa. Sin embargo, hay novelas de suspense romántico donde se da mucha prioridad a la trama de suspense y la trama amorosa queda en un segundo plano.
Hay novelas románticas eróticas. No es lo mismo que una novela pornográfica.
El sexo que se practica en las novelas románticas eróticas nace del corazón. Son dos personas que están enamoradas y se demuestran su amor de forma física.
No hay nada malo en ello. Las escenas son más explícitas que en cualquier novela romántica.
Pero se tratan de dos personas que se aman. El sexo que practican es por amor. Hacen el amor.
Sin embargo, en otras novelas, el sexo desaparece por completo. La autora decide que no es necesario que la pareja protagonista se vaya a la cama para demostrarse su amor. Eso está en el criterio de cada autora.
La manera en la que se describe la relación amorosa está llena de intensidad en las miradas. En la manera en la que se hablan. El sexo no es necesario.
Pero cada autora tiene una forma de contar única. Puedes incluir sexo en tus historias. O puedes prescindir de él. No importa.
Lo que de verdad importa son los sentimientos. La manera en la que se desarrolla la historia. Si hay sexo, nace del amor. Si no hay sexo, hay momentos en los que un beso lo dice todo.
No importa la manera en la que se demuestren los personajes que se aman. Mientras sea amor.
Todavía me quedan muchas cosas por aprender en el mundo de la Escritura.
He aprendido a no irme por las ramas. Estoy aprendiendo a no meter paja en mis historias. Estoy aprendiendo a que todos buscamos un final feliz.
Necesitamos leer algo que termine bien. La realidad es demasiado triste. Necesitamos pensar que podemos ser felices algún día.
Estoy aprendiendo muchas cosas. Pero me queda mucho también por aprender. No debemos de coartar nuestra imaginación. Es libre.
Escribamos lo que queramos. Lo he dicho muchas veces. Respetamos la manera de escribir de los demás.
Seamos felices escribiendo.
Escribir es lo que nos hace libres. Es lo que nos gusta.



jueves, 22 de octubre de 2015

RETO DE HALLOWEEN DEL BLOG "ACOMPÁÑAME"

Hola a todos.
El blog "Acompáñame" piensa celebrar Halloween por todo lo alto. Y lo hará como sólo ellos saben hacerlo.
Han organizado un reto que consiste en escribir un relato de terror.
Debe de ser de como mínimos dos páginas de extensión y el tamaño de la fuente es de doce, tipo Times New Roman.
El título debe de estar relacionado con Halloween.
Los relatos se deben de colgar en vuestro blog o en vuestras páginas de Facebook bajo el título "Reto: Halloween". Cuando hayáis colgado el blog, debéis de volver al link que os dejo a continuación, indicando que participáis y dónde lo pueden recoger.

http://podemos-juntos.blogspot.com.es/2015/10/reto-para-halloween.html

Naturalmente, al inicio del relato, debéis de decir que forma parte del Reto de Halloween del blog "Acompáñame".
Hay que enlazar el blog para que todo el mundo lo pueda ver y se anime a participar.

Si queréis enviar el relato directamente en word, debéis de dirigiros a la siguiente dirección de correo electrónico:

 irisamigos@hotmail.es 

Comparte el reto en vuestras redes sociales, como Twitter, con el hastag #retohalloweenblogacompañame. Ve al link mencionado anteriormente y colocad la dirección donde habéis compartido el reto. 

Os animo a todos a que participéis. Como en anteriores ocasiones, los relatos serán recogidos y formarán parte de una Antología que se podrá descargar en PDF de forma gratuita. 
¿A qué estáis esperando? 
Tenéis hasta el 1 de noviembre para celebrar Halloween con el blog. 






jueves, 8 de octubre de 2015

RELATO: "IRINA"

Hola a todos.
Me gustaría compartir con vosotros un relato muy cortito que escribí anoche.
Transcurre a principios del siglo XIX y tiene tintes románticos.
Se titula Irina. 
Deseo de corazón que os guste.

ADVERTENCIA: Por problemas con el ordenador, no he podido poner una imagen a esta historia.

IRINA

ISLA DE VALAAM, EN EL ARCHIPIÉLAGO DE VALAAM, EN EL LAGO LÁDOGA, EN LA REPÚBLICA DE CARELIA, 1813

                              La condesa Irina Diatlova había llevado una vida realmente sobreprotegida. 
                              Su hermano, el conde Markos Diatlov, era uno de los crápulas más conocidos en toda la República de Carelia. 
                              Irina no había salido apenas de la magnífica mansión en la que vivía junto a su hermano. La madre de Markos y de Irina había muerto a las pocas semanas de nacer ésta última. No pudo recuperarse de un parto duro y penoso. El padre de ambos, el difunto conde, pasaba más tiempo en los antros de juego que en su casa. Había muerto cuando Irina tenía seis años. Markos sabía que el supuesto accidente que había terminado con la vida del anterior conde había sido, en realidad, un duelo. Pero no quiso contárselo a su hermana. 
                           Irina creció y se convirtió en una hermosa joven, lo cual asustó mucho a Markos. Prácticamente, encerró a Irina entre los muros de su mansión. No la dejaba salir en ningún momento. Mientras, él continuaba con su vida llena de juergas y de excesos. 
-Va a terminar igual que vuestro padre-le advirtió la mejor amiga de Irina y futura esposa de Markos, la duquesa Eloiza Búlgakova. 
                       Habían salido a dar un paseo por uno de los bosques de coníferas que abundan en la isla. 
-Lo sé-suspiró Irina. 
-De no ser porque soy la prometida de Markos, no podrías ni salir a la calle-le recordó Eloiza-No te permiten respirar fuera. Eres una prisionera. 
-¡Pero lo hace por mí! ¡No quiere que me ocurra nada malo! ¿No lo entiendes? 
-Markos está siendo injusto contigo. 
                           Irina tuvo que darle la razón a su futura cuñada cuando Markos le dijo, en una ocasión, que era demasiado dulce e inocente como para viajar a San Petersburgo. 
-Pensaba que tendría allí mi puesta de largo-se sorprendió Irina. 
                          Estaban en la biblioteca cuando Markos se lo comentó. Irina estaba a punto de convertirse en una solterona. 
-Tendría que casarme-añadió. 
-Ningún hombre merece la pena-le aseguró Markos. 
                      Irina llevaba el cabello recogido en un moño a la moda, de estilo clásico. Su cabello era de color rubio dorado como el Sol. Llevaba puesto un vestido de color crema. Sin embargo, si seguía soltera, tendría que empezar a usar vestidos de colores más oscuros. 
                     Muchos caballeros habían ido a visitarla en los últimos años. Muchos caballeros habían mostrado tener un gran interés en ella. 
                      Incluso, le habían besado la mano. 
-Mi hermana no quiere casarse con usted-le decía Markos. 
                     De aquel modo, les desalentaba. 
                     De aquel modo, en 1813, Irina había cumplido veintidós años. Y no daba muestras de haber encontrado al hombre con el que debía de compartir el resto de su vida. 
                      Sin embargo, un hombre apareció de improviso en la vida de Irina. Estaba considerado como uno de los mejores partidos de todo el archipiélago. El conde Bezújov conocía a Irina desde hacía algún tiempo. 
                      Decidió ir una tarde a visitar a Markos. 
                     La discusión que ambos hombres mantuvieron se escuchó en toda la casa. 
                      Irina estaba bordando en el salón en compañía de Eloiza. 
                     De pronto, ambas escucharon a dos hombres dar voces. Irina le contó a Eloiza que su hermano había recibido una visita. 
                      Irina oyó como gritaban su nombre. El corazón de la joven se detuvo. Supo que ella era el motivo de la discusión. 
                       Eloiza apuntó a que Markos había recibido la visita de un hombre que aspiraba a ser su futuro cuñado. 
-¿Tú crees?-le preguntó Irina con extrañeza. 
-Amo a Markos con todo mi corazón-respondió Eloiza-Pero está siendo un egoísta. 
                      Irina vio al conde Bezújov salir de la biblioteca de forma airada. La joven le conocía de haberle visto en varias ocasiones. 
-¿Es ése tu pretendiente?-le preguntó Eloiza. 
-No lo sé-respondió Irina-No creo que esté interesado en mí. ¡Soy una solterona!
-Markos te ha convertido en lo que no eres. 
-Ningún hombre se interesaría ya por mí. Ni siquiera he tenido mi puesta de largo. 
                           La relación entre Eloiza y Markos era un verdadero desastre. Él iba a visitarla todas las tardes. Sin embargo, no pensaba en renunciar a su estilo de vida disoluto. Eloiza no pensaba llevar la vida penosa que había llevado la difunta condesa Diatlova. Markos quería tenerla encerrada en su mansión. Igual que estaba haciendo con Irina. Eloiza tenía demasiado genio como para estar encerrada. 
                          La joven decidió romper el compromiso. La noticia llenó de tristeza a Irina. No lo sentía por su hermano. Lo sentía por ella misma. Había perdido a su mejor amiga. Pero Eloiza le prometió que siempre estarían en contacto. 
                          Al mismo tiempo que Eloiza salía de la vida de Markos, entraba en la vida de Irina el conde Bezújov. 
                           Irina tuvo que reconocer que aquel hombre era distinto a todos los caballeros que habían ido a visitarla. 
                         Iba a verla cuando Markos no estaba. 
                         No se parecía en nada a su disoluto hermano. Y eso le gustó. 
                         Quería casarse. Quería tener hijos. Hablaba de viajar a San Petersburgo, pero de vivir la mayor parte del año en Valaam. Era un hombre que siempre estaba de buen humor. Con sus ocurrencias, hacía reír a Irina. 
                          Se les veía dando paseos por el bosque de coníferas en compañía de la doncella de la joven. No podían estar solos. Él respetaba mucho a Irina. 
-Me gustaría casarme con usted-atacó. 
-Tendría que hablar antes con mi hermano-le recordó la joven. 
-No me dejará. Su hermano es demasiado posesivo con usted. Y eso no es bueno. 
-No crea que no me he dado cuenta. Y no me gusta. 
                             La doncella de Irina se había entretenido. Se estaba sacando una piedrecilla que se le había metido dentro del zapato. 
                              En ese momento, Irina notó la mano del conde Bezújov rodeando su cintura. 
-Irina...-susurró él-Yo...
                              La joven se puso tensa porque era la primera vez que alguien se le acercaba tanto. 
-Esto no está nada bien-afirmó-No debería de hacer esas cosas. Es la primera vez que alguien demuestra tanto fervor hacia mí. 
                             No pudo seguir hablando porque el conde la besó con suavidad en los labios. 
                             El conde era un hombre de treinta años que había llevado una vida casi asceta. No se le conocían amantes. Había vivido por y para mantener sus tierras. 
-Lo siento-se disculpó. 
                             La belleza de Irina y su esbelto cuerpo que resaltaba el vestido de color amarillo que llevaba puesto le volvieron loco. 
                             
                             Pronto, se hizo habitual ver a Irina entrar en la catedral de Valaam cogida del brazo del conde Bezújov los domingos, cuando había Misa a las doce de la mañana. Markos estaba furioso. 
-Ten mucho cuidado-le advirtió en una ocasión a Irina dentro de la catedral-No me gusta nada ese hombre. Sólo quiero que seas feliz. 
-Tengo que casarme, hermano-le recordó Irina. 
-Hay muchos hombres en toda Rusia. Hombres que serían mejores maridos que el conde. 
-¿Y quiénes son esos hombres? 
-Son hombres mayores. No sabes lo que es tener un padre, hermana. Esos hombres...
-Esos hombres son demasiado viejos para mí. 
                           El conde acudía a Misa con su familia. No tardó en presentar a Irina a ésta. Iba a casarse con ella. 
                          Los hermanos del conde estaban atónitos. Le recordaron la fama tan terrible que tenía el conde Diatlov. Le recordaron que Irina era más una prisionera que su hermana. 
                          Era verdad. La joven le recordaba a un pajarillo. Estaba acostumbrado a vivir encerrado en una jaula. Pero, en el fondo, fantaseaba con ver mundo. Siguió yendo a visitar a Irina. 
                         Era más que evidente que no pensaba rendirse. Soportó con estoicismo los insultos de Markos. Sus amenazas...Sus chantajes...
                         No era como los otros caballeros. No pensaba rendirse. No dudaba del amor que sentía Markos por Irina. 
-Pero es algo egoísta-le recriminó una tarde en la biblioteca-Quiere tenerla encerrada entre estos muros. Usted está pensando en viajar a Petrozavodsk. Quiere divertirse allí. ¿Verdad que Irina nunca ha estado allí? 
-¡Para usted es la condesa Diatlova!
-No es cierto. Ahora, es la condesa Diatlova. Pero no lo será por mucho tiempo. Será la condesa Bezújova. Nos vamos a casar. 
-¡Por encima de mi cadáver! ¿Me ha entendido?
-Perfectamente...Pasaré gustoso por encima de su cadáver, señor. 
                         Markos e Irina empezaron a discutir. De pronto, su sumisa hermana había cambiado. No estaba nada contenta con vivir en aquella jaula de oro. Hablaba de viajar. 
                         Deseaba amar. 
                         ¿Acaso Markos no lo entendía? 
                        Irina acudía a muy pocas reuniones. En todas aquellas reuniones, brillaba como la más hermosa de las estrellas. Pronto, toda la República de Carelia supo que el conde Bezújov estaba enamorado. Y que la joven que le había robado el corazón no era ni más ni menos que la encantadora Irina Diatlova. 
                       Empezaron a asistir a fiestas. Iban a cenas. Acudían a bailes. 
                       La joven condesa siempre había sido una de las mujeres más bellas de toda la República. Pero nunca había brillado en sociedad. 
                       Bailaron una pieza en el baile que se celebró en la mansión de los Ivanovich. 
                       Los Ivanovich estaban considerados como los mejores anfitriones de todo el archipiélago. Vivían cerca del Monasterio de Valaam. Y estaban emparentados con la familia de Eloiza. Los Búlgakov...
                       Fue una fiesta maravillosa. Irina pudo ver de nuevo a Eloiza. Aquel encuentro la llenó de alegría. 
                       Se besaron en las mejillas nada más verse. 
-¡Estás preciosa!-exclamó Eloiza al verla. 
-He venido acompañada-le confesó Irina-No he venido con Markos. 
-¿Es que te vas a casar?
-Todavía no lo sé. 
                         Irina sintió un escalofrío cuando, más tarde, bailó el vals con el conde. 
                         Éste rodeó la cintura de la joven con la mano y la apretó contra su cuerpo. 
-Todo el mundo habla de nosotros-comentó Irina-Da por sentado que usted y yo nos vamos a casar, señor.
                          Se le había secado la garganta. 
                         ¿Era normal sentirse así? Un escalofrío recorrió su columna vertebral. Fuera, hacía mucho frío. Pero...Irina tenía mucho calor. 
-Eso me lo tiene que decir usted, condesa-afirmó el conde-Tiene que decirme que va a ser mi esposa. Entonces, podríamos anunciar nuestro compromiso. 
-Le ruego que me deje que lo piense-le pidió Irina-No le voy a mentir. Siento algo muy fuerte por usted, señor. 
                         Y, ante el estupor del conde, Irina hizo algo. Algo que él no se esperaba. 
                         Le dio un beso en la mejilla. 
                          La siguiente vez que se vieron fue en el bosque de coníferas. Irina le había dado esquinazo a su doncella para poder verse a solas con el conde. Y lo logró. 
-No sé lo que va a pasar entre nosotros-atacó la joven. 
-Estoy enamorado de usted-le confesó el conde con sinceridad. 
-Sólo quiero vivir este momento con intensidad. Quiero sentir que soy libre por primera vez en mi vida. Que puedo hacer lo que me plazca. Incluso, amar a quien yo quiera. 
                          El beso que le dio el conde a Irina fue mucho más apasionado y más largo que el beso que le dio la primera vez. 
                           Markos estaba fuera de sí. 
                           Hizo lo imposible por separar a la pareja. Incluso, habló de meter a Irina en un convento. Todo fue inútil. En el fondo, el conde Diatlov lo sabía. 
                           El conde Bezújov siguió yendo a visitar a Irina. 
                           Cada día que pasaba estaba más enamorado de ella.  
                           Le escribía cartas de amor. No le importaba verla en el jardín que rodeaba su mansión en compañía de su doncella. Sólo quería estar con Irina. 
                            Hablaban de muchas cosas. Empezaron a tutearse. Irina escondía en el fondo del cajón de abajo de su mesilla de noche las cartas de amor que recibía del conde. También se veían a escondidas a la orilla del lago Ládoga. Trazaron muchos planes de futuro. El conde estaba pensando en casarse con Irina y así se lo dijo. 
                            Los besos que se daban en aquellos encuentros secretos eran cada vez más apasionados. 
                          Una tarde, los besos que se dieron fueron tan apasionados que Irina se dejó llevar. Al sentir los labios del conde besando su cuello, no lo dudó. 
                           Se entregó a él. 
                           Después, el conde hizo lo que debía de hacer. 
                           Le preguntó a Irina si quería casarse con él. En realidad, llevaba mucho tiempo deseando hacerle aquella pregunta. Pero no se atrevía a dar aquel paso. 
                           La joven aceptó. 
                           La boda se celebró de manera discreta. Markos estaba muy disgustado por este enlace. Todavía le cuesta trabajo, a tres años de la boda, admitir que su hermana debía de seguir su camino. 
                            Markos todavía sigue soltero. Y lo mismo puede decirse de Eloiza, quién tiene diecinueve años y sigue soltera. Mientras, Irina y el conde son un matrimonio muy feliz. 
                            El conde ha resultado ser un amante muy apasionado. 
                            Le gusta brindar a Irina de un gran placer. 
                             Ella disfruta con todos los besos que le da su marido y con todas las caricias que sus manos le brindan. Disfruta cuando el conde llena de besos cada centímetro de su cuerpo. 
                            Viven a caballo entre Valaam y Petrozavodsk. Se puede decir que Irina es una mujer libre. 

FIN

lunes, 5 de octubre de 2015

GRUMPY CAT

Hola a todos.
Os presento a Grumpy Cat. Este gato se ha convertido en toda una celebridad en Internet.
Está plagada de memés de este gato que ha saltado a la fama debido a su cara, que parece estar sumida en un estado de permanente enfado.
Nacido en el año 2012, es, en realidad, una hembra y tiene otro nombre que no es el que la he hecho famosa, aunque todos piensan que es un varón. Su verdadero nombre es Tard. Vive con sus dueños, sus padres y su hermano Pokey.
En contra de lo que todos piensan, Pokey es el verdadero gato gruñón. Tard, en cambio, es la más cariñosa de los dos.
El 22 de septiembre del 2012, apareció por primera vez la cara de Tard en Reddit
Mucha gente pensó, en un primer momento, que se trataba de una imagen retocada. ¿Cómo va a tener un gato semejante cara? Parecía que estaba realmente enfadado por algo.
La razón está en una enfermedad genética que padece tanto ella como su hermano, que es el enanismo felino. También tiene la cola más corta que otros gatos y ronronea cuando camina.
La imagen no tardó en convertirse en un verdadero fenómeno viral. Ahora mismo, ha visitado varios programas de televisión. Ha protagonizado diversos vídeos de Youtube. Incluso, dispone de su propia página web, con miles de visitas al día, además de tener página de Facebook, canal propio en Youtube y cuenta personal en Twitter.
¡Esta gata es una verdadera maestra de las redes sociales!
Está registrada como marca y se venden camisetas, tazas y peluches de ella. Ha protagonizado un documental de gran éxito y un libro con fotos de ella se ha convertido en un verdadero best-seller.
¡Es genial!
Grumpy Cat, o Tard, es un personaje muy querido en todo Internet. Y, por eso, merece tener su propio espacio en este blog.
Os dejo aquí con uno de sus memés:

sábado, 3 de octubre de 2015

¡MUY CONTENTA!

Hola a todos.
Hoy, puedo decir a viva voz lo que siento. ¡Y estoy super contenta!
He terminado una de mis historias que tenía a medias.
Empezó a surgir como una historia relacionada con uno de mis personajes. De pronto, cogió entidad propia.
Así que la independicé de esa novela. Y creé una historia para ella.
Es una novela muy cortita. Se titula Ben y Rachel. 
Cuenta la historia de amor entre Ben, el hijo de una criada, y Rachel. Rachel es la hija de un vizconde. Pero su madre se crió en las calles de Londres hasta que fue adoptada por una familia adinerada. Por ese motivo, Rachel no termina de encajar en la alta sociedad. La madre de Ben trabaja como criada para los padres de Rachel. Nuestra pareja se conoce desde siempre.
Es una historia un poco curiosa. Está contada en tercera persona. Pero hay personajes que observan y relatan con sus propias palabras la historia de amor entre Ben y Rachel. No lo tendrán nada fácil.
Los padres de ambos se oponen a su relación. Tendrán que luchar contra muchos obstáculos. Empezando por la propia Rachel. Es una joven fuerte y con carácter. Pero también puede pecar de ser apocada y débil. Está acostumbrada a llevar cierta clase de vida. Y Ben no puede ofrecerle lo que ella desea.
Hice muchos cambios en esta historia porque, al principio iba a tener un final trágico. Pero...¡No puedo decir más! La verdad es que siempre es una alegría terminar una historia. Sobre todo, una historia como ésta. Transcurre en la década de 1830. La verdad era que necesitaba a Ben y a Rachel. Pronto, os seguiré contando más.
No sé cuándo verá la luz esta historia. Es algo que ignoro. Pero, de momento, me conformo con haberla terminado. ¡Que no es poco!
Y con haber abierto de nuevo el blog para daros esta buena noticia.